RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 20 de abril de 2011

BAJAR A LA MEMORIA

BAJAR A LA MEMORIA


Lo sé, sé de todo lo sentido, de lo vivido, de lo nuestro, de lo ajeno cercano, he bajado mucho a la memoria; y aquí donde son huellas los silencios, en la cripta misma de la memoria, están los abuelos mirando qué hacemos al pisar la tierra, si profanamos su creación o la adoramos, si entendemos de estirpes y mantenemos la dignidad. Lo sé, sé que están las abuelas con la cara muy blanca y rosa los apellidos rezando el amor a la manera del tiempo, deseando que les limpiemos todos los días las calles, hagamos la lumbre y cenemos en el enjambre de la santería. Y los primorosos recuerdos que se soslayan en la paz de la memoria, comentan las abuelas desde el murmullo inaudible.
Ayer también está como reforzado en la memoria, ese ayer de pronto, de cuando solo hace falta levantar la primera sábana y te lo encuentras, ese ayer de póstulas y letanías, adonde los parientes dormidos quejaban su sueño y dejaban que viniéramos a estrenar la copla o el pregón, encender los ojos o apretar el abrazo. También, por entonces, aconsejaban los mayores que gozáramos sin torpeza. Vino, en este ayer que aún se toca, el padre, a beberse el camino o a caminar el agua, vino con nosotros, con las cacerolas de la madre y la espera gloriosa de los nuestros de aquí, que hacían más fiesta porque estábamos, que magnificaban la consigna de los antepasados y se volvían dioses, porque estábamos. Lo he vivido, lo sé.
Cuando, con tal descaro, se baja a la memoria no queda otro remedio que postular el ideario de la familia, de cada uno de la familia que ha grabado corazón, gesto, manía, olor, inteligencia, voluntad o cejas grandes. Y a ellos, que son el prestigio del recuerdo indeleble, y a quienes aún trenzan espacios y los abren, reunirles todos los besos calmos, todas las efemérides, todos los sitios escogidos y esperarles siempre en la memoria, con los nuestros.


Ramón Llanes. 23-2-07

ALBA DE LUNA

Alba de luna, mar cancionera,
la calma de espuma, la brisa de arena.

Sol penitente, luz marinera,
que busca la fuente del agua primera.

Cal de romance, de esquina vieja
refugio de amantes, presagio de entrega.

Tiene la brisa del alba
un grito de sol y estrellas
y los surcos del sueño
hechizos de luna llena.

Luz del amanecer, salina y cal,
dunas de fantasía, sol y sal.
La luz sobre tu piel, novia del mar.

Pan de universo, sed de alacena,
umbrales eternos, ternura de almendra.

Sol penitente, luz marinera,
que busca la fuente del agua primera.


Letra: R. Llanes. Música: R. Marinelli.

ALGO GRANDE

Al dormir todo era pequeño. Miré los árboles, miré la mina, me reflejé en el agua, pisé la tierra, todo era pequeño, todo cabía en una mano y sobraba tiempo para recorrer el paisaje. Una extraña transformación de mi mundo o una ilusa magnificación de mis cosas. La certeza estaba en lo difuso del pensamiento mientras conseguía erguirme a la cima del sueño y olvidaba aquel sentido abstracto que tenía mi tierra en tiempos de destemplanza.
Antes de cerrar la escotilla dulce de mi sorprendida dolencia dediqué la razón a los momentos grandes que aquí se han fraguado y que hacen imposible empequeñecer el espacio y sus elementos, que impiden que una corta sea un simple agujero, que las ricas piedras aparenten inutilidad, que de los hombres se hayan minimizado sus esfuerzos, que toda su historia se escriba en una hoja, que haya caducado todo el contenido de la gran memoria de este milenario lugar tan enaltecido, tan valorado, tan excelso. Puse, digo, mi razón, a recuperar mi Tharsis desde su hondura hasta su gloria, como lo habíamos concebido, como lo habíamos forjado en el tiempo, nosotros los que ahora lo vivimos y todos aquellos antepasados que pusieron aquí sus pies, sus ilusiones, sus pensamientos y sus palabras y que también como nosotros lo vivieron a pulmón abierto y con el ideario encaminado a mejorarlo.
Dudo ahora si culpar o agradecer al cansancio que me llevara a la espita alta del más alto sueño desde donde recibí la contemplación jamás imaginada. Crecido en mi razón, el sueño me hizo cambiar el estado de las cosas, todo aparecía iluminado, el paisaje tenía la luz del tiempo antiguo y la luz del tiempo nuevo, todo era lo mismo, las cortas estaban en su lugar de siempre, Filón Norte, Filón Centro, La Esperanza, Sierra Bullones, los diques quietos y llenos de valentía; sonaba a barrenos, olía a mineral y pólvora, existíamos todos los habitantes de toda la historia de Tharsis, todos estábamos buscándonos, todos nos conocíamos, solo había cambiado el momento, nosotros éramos como una fuga de la eternidad o una licencia de la vida pero existíamos, con ropa, coraje, ambición y destreza.
Quiero saber si desperté en mayo con la obligación de vestir mis esperanzas con el traje corto, ponerme el sombrero y caminar con voz y guitarra detrás de la vida, junto a quienes amo y me aman, desde esa eternidad medio soñada y medio vivida. No olvidé decir para quién escribo.
Ramón Llanes. 12-1-08
SONETO PARA DESHACER UN ENTUERTO

Para mis amigos Antoñita y Peguero
por el olvido la noche de San Lorenzo.


Es este mal que tanto me sonroja,
por descuido en el verso lisonjero
me olvidé de Antoñita y de Peguero
y es afrenta que mucho me congoja.

Quiero, con palabras, en esta hoja,
rectificar mi error y estar certero,
ponerles en mi afecto los primeros
y deshacer así la paradoja.

Seguir viviendo al son de la amistad,
gozar juntos los dones que tenemos,
aliviarnos con la nota musical

y los pasteles que de ella degustemos.
Sea la vida, amigos, perdonad,
y sabed de verdad que nos queremos.




Ramón Llanes
28 de agosto de 2010.

AL ANDALUS

AL ANDALUS
En honor a José Manuel Morgado
y en recuerdo a la visita de sus amigos de Huelva.
Temples de manos y almas,
de corazón y conciencia,
de razones y crianzas,
de “alentejanas” vivencias
que mezclan sureña raza
en voz, canción y apetencia
con el son de fado y casta,
con el fandango y su ciencia,
Reguengos en su bonanza
y Huelva con su creencia,
ambos con mil esperanzas.

Huelva y Reguengos 20-9-08

A JUAN ANTONIO

A JUAN ANTONIo


Aún no era tu tiempo,
el tiempo no estaba en su sitio,
los Reyes de Tharsis vinieron a traerte
y te llevaron.
Y no contaron con tus padres
ni con Caty ni con Sandra ni con Lorena
ni siquiera contaron con Yolanda ni con nosotros
que te creíamos en otra tierra
y no en la eternidad.

Te has llevado contigo el sabor de lo dulce
y el misterio del dolor
para enseñarnos, quizá, que te faltaban
treinta y seis años más de vuelo y esperanzas.

Que el existente Dios tenga la valentía de tenerte
en un lugar más apreciado que este
para que no le tengamos en cuenta
que te haya destrozado la vida
sin ponerle toda la luz de futuro
a quienes tanto amabas,
inestimable amigo Juan Antonio.





Escrito por Ramón Llanes
y leído por Miguela Fernández de la Cueva
en el Pregón a Santa Bárbara
en Huelva el 6 de mayo de 2009.

CONCIERTO DE MARCHAS PROCESIONALES BANDA DE MÚSICA "CRISTÓBAL LLANES". CALAÑAS 9-4-2011

domingo, 3 de abril de 2011