RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

viernes, 31 de enero de 2014

ANDÉVALO


ANDÉVALO


Tierra que inventaran los tiempos, con sus especiales características, su connotación de riqueza interna y sus vaivenes cíclicos que han impulsado o devastado la economía y por ende el pulso germinal del patrimonio en su vena de cultura. Intacto permanece el deber de conservación de los rasgos definitorios que poseen sus tradiciones y sus habitantes. Aunque a fuerza de despropósitos se haya hecho muy patente la gran tenacidad por la simple supervivencia, -escaseando la cualidad del mecenazgo o las apuestas por la primacía del problema del futuro- aunque así haya podido ser, la ideología ancestral que impera, imprime el carácter pleno de amparo por cuanto de tesoro natural o costumbrista guarda su temporalidad y su gran espacio, tan abrupto como rico y admirado.
El Andévalo conserva en cada pueblo, en cada rincón y en cada gesto o mirada una efemérides digna de elogio y celebración. Mírese el paisaje pálido, la profundidad del empeño, el horizonte entrecortado y ajeno a los verdes, las dehesas milenarias sombreando los pastos y alimentando el ganado; mírense las crestas pedregosas y las fantasías extrañas que forman las minas, mírense las copas altas de los sombreros de jamugueras y gabachas, mírense y obsérvense con ojos de curiosidad cómo suena un fandango por las calles de Alosno, cómo bailan los hombres a los santos, cómo se hacen las rosas con miel, cómo se mitigan los pesares que mandan las muertes; mírense los fuegos que son expresiones de pleitesía en los albores del invierno, cómo se visten las mujeres en el Prado de Osma y en el Cerro del Águila, cómo no se cansan los devotos de Coronada para traerla y llevarla, cómo se parecen las formas que dibujan en las caras las emociones y los sentimientos y tal vez mírese cómo alivia el alma una “sonanta”. Son nuestros encantos imprescindibles.
El Andévalo requiere una atención constante y un mimo amoroso de diario; es como un cofrecillo de ternuras a donde es obligado echarle pensamientos vivos y arrumacos con la misma frecuencia que surgen del propio sentido quienes le prestan su ilimitada dedicación. Con la razón se entenderán las solvencias emblemáticas que distinguen El Andévalo y quizá con el corazón se entenderá la tanta pasión que genera. Mírese desde tierra a cielo y lo sabrá, cálese de sus adentros y lo amará.
Ramón Llanes. 29.1.2014.
Publicado 31.1.2014 en huelvabuenasnoticias.com

CONSEJOS PARA ARREGLAR EL MUNDO


CONSEJOS PARA ARREGLAR EL MUNDO

Se nos ocurrió de pronto, sin precisar de un proyecto, un análisis, un presupuesto y sin la contratación de asesores. Estábamos en el asueto de la bodega en el primer afilado de los labios con la majestuosidad del sabor a vino, -razón de más como para elucubrar sobre los asuntos transcendentales de la vida- cuando cada cual fue poniendo hilos en la madeja hasta hacerla con capacidad de sostener, desde nuestras manos de la creída solvencia, el ensamblaje general de este galgo mundo que se mueve más que los precios y que nos trae de cabeza a pesar de su carita de buena persona y de sus paisajes y de sus monumentos. Pues eso, que a cada cual le salió del alma un suspiro reparador y fuimos poniendo las fichas en su sitio, los hombres en sus puestos de trabajo con sus sueldos acorde con su importancia, pusimos a los niños en sus colegios públicos, admitimos a todo cuanto ser mostrara afecto por la idea –sin excluir a los pobres ni a los homosexuales ni a las lesbianas ni a los mendigos ni a las prostitutas ni a los banqueros- y fuimos designando cometidos. Quedó claro que nadie debía ser un aprovechado y que todos tendrían una facultad decisiva para intervenir en los cambios que se consideraran necesarios para la mejora de la convivencia.
Y en el tiempo que se tarda en degustar cuatro aceitunas y un par de manzanillas, entre media docena de conversantes adeptos a las formas pacíficas y limpias de entender la vida, le dimos la vuelta a todos los problemas, planificamos –sin necesidad de insultos ni descalificaciones- el orden adecuado para que hasta los más anárquicos pudieran sentirse cómodos y hasta los más pesimistas supieran encontrar cuotas de felicidad suficientes como para apuntarse a esta nueva sociedad. Apenas acabada la tertulia nos dio por mirar la estructura del nuevo sistema de mundo y nos gustó y partimos hacia el hogar con las justas copas, la satisfacción del deber cumplido y una sonrisa de lado a lado.

Ramón Llanes. 30.1.20
Publicado 31.1.2014 en diariodehuelva.es

martes, 28 de enero de 2014

DEL LIBRO "AGUAVIEJA" (CRÓNICA AMABLE DE LA MEMORIA DE THARSIS)


EL VIAJERO
 
La añoranza de aquel pasado ruidoso me lleva a cualquier Lunes de los años cincuenta. Soñar con el tren es vivir a codo un largo camino con recoveras, levantarse antes que el alba, llegar a la estación de «allá abajo» y disponerse a ser viajero romántico para recorrer Huelva en busca tal vez de unos zapatos o con la fiel idea de perder un dolor de muelas.
Había de ser sólo el Lunes, que así lo estable­cieron las normas y así protegidos de pirita cual­quier minero al precio de una peseta y media po­día aventurarse a pasar de la mina a la mar o a la gloria.
A los chiquillos nos gustaba el viaje. Las co­rrerías por el tren, el olor fuerte del humo negro y sobre todo el trasbordo del muelle de Corrales hasta la ciudad en una vieja canoa. Desde aquella primera singladura me soñé marinero que nunca fui; al cabo de la calle seguía siendo el trueno del barreno, el olor del azufre y las escorias, los ele­mentos que me hacían volver a mi querencia.
El tren de los vagones grises recogedor de tan­tos soñadores sólo me concedía la dicha de una gloria; después Fuentesalada quedaría tan lejos y la mar tan perdida que sólo los esfuerzos de la me­moria me la traían a casa al anochecer.
Disfrutábamos los chiquillos, perseguíamos en la ría los simulados bahules que eran boyas y veía­mos por vez primera la parsimonia de las inquie­tas gaviotas. Nosotros estábamos en otra costum­bre: el jilguero, chamarices, todo lo más la tórto­la, pero jamás podíamos describir una gaviota. El tren nos enseñó las pocas cosas de una marea que entonces podíamos contar y nos hizo viajeros en un tiempo de quietud.
Tal vez con el tren y la canoa se nos agigantaron las ansias de mundo, tal vez el carbón, el maqui­nista, el guardafrenos y la locomotora nos pusie­ron un alfiler en las manos y se nos abrió la vo­luntad por otros horizontes.
En la añoranza, amado tren, te escribo recor­dándote.
 
rllanes.

HOY


HOY

 

 

Hoy quiero echarme un pulso con el alma,
estar versando en mí
hasta que la oscuridad se muera
y se haga cegadora
la primera luz del alba.

 
Hoy reto al tiempo que encarcela
mis emociones sentidas, tan amargas,
cuanto de más pesados se me hacen
los días que me ocupan la distancia.

 
Hoy, si por mi fuera,
fundiría los plomillos
de las luces que encienden la mañana
y hasta el mar tiraría las farolas
y robaría del sol sus dentelladas.

 
Haría, con migas de pan,
estrellas con luciérnagas de plata,
luz pondría en el brillo de mis ojos
y espumas con anémonas del agua.

 
Para retar al dios que ordena
y en estos andurriales manda,
tomaría su poder
y le haría tan humano
como humano es mi deseo de esperanza.

 
Tomar la vida con vicio de apogeo
 disponer, que si me falta,
perdure más lo que se logra
y se pierda lo inútil, que me cansa.

 
Haría, en mi pulso con mi alma,
solidaridad de amigos,
entrenos de mejoranzas
y quizá me colgaría
en la mueca de tu cara.

 
Esperarte haría, otra espera,
el infinito pondría
en  orden azul de la calma,
una paz en cada mano
y la vida en el semblante
y los sueños en la cama.

 
Haría mares para anegar,
candelas para calentar
los fríos de las miradas
y la traducción de un beso
en ojos que nunca vieron
la ternura de una lágrima.

 
Pastores del camino haría,
legos en peregrinar,
abetos de sombra larga,
muchedumbre de jarales
y romeros portadores
de alimentos y templanzas.

 
El eco, con voz más fuerte,
con más genio los gemidos,
con más corazón, con garras
de transcendencia y razones
que la ocasión es propicia
para cuestiones amadas.

 
Y hechos los tiempos al hueco
y colmados los ardores
de libertades ganadas,
con un hatillo de amores
dejar abierta mi casa
y abrigarme con sonrisas
en el cabezal del alma.

 

R.Llanes. 28.1.2014

 

 

 

 

DEL POEMARIO "MEMORIA DEL PRÓDIGO"


 

Para irte
no enciendas las puertas
ni apagues las ventanas,
esconde, solo, la sonrisa.

 
Ni reduzcas el tiempo,
larga será la tarde que inicie
posada,
a verte  no vendrá
otra vez el alba, recoge el desdén,
la lista de olvidos y la bandeja
de tristezas que duele al espacio.

El camino es aquel, aquel mismo
hecho de dádivas, apegos, razones.

R.llanes

RECUÉRDAME


Recuérdame.

 

Recuérdame que me ate los zapatos,
la soledad no arrecia,
duele la memoria,
recuérdame que no me olvide de acercarme al norte de mi tiempo para guardar el paraguas,
la fiebre no ha llegado,
los árboles tienen fijas las hojas.
Recuérdame que no me olvide de mirar la noticia de la tarde,

Recuérdame que insista en el poema de anoche,
recuérdame las sopa y los arándanos. 

 Recuérdame que te dedique el fin de semana o la vida,
con el premio de casi la luna llena que nos oriente,
así las cosas parecerán de otra manera.

Recuérdame que no me enfurezcan los goles ni me mientan los árbitros,
pasaremos de largo por el césped.

Recuérdame que estamos aquí con mejores sentimientos
y más noble actitud que el siglo pasado.
Recuérdame que no te olvide.

Rllanes
 

 

 

 

Ramón llanes 2-10-09
Para cadena ser

RECADOS PARA UNA DAMA


RECADOS PARA UNA DAMA.

 

Con apariencia de un soñador el conspirador venció el semanario entre el goteo previsto de la lluvia del martes y la canción expresa de la noche del jueves. Lluvia y canciones se hicieron aliados, cómplices de la farándula de vivir, de  un alguien sabedor de emociones, entendedor de sobresaltos.

Nos han obligado tantas veces a dimitir  del disfrute como tantas nos sentaron a obedecer órdenes imperfectas; con la premisa inconformista de un rebelde, se hicieron los recados, a la palabra, al jardín, a los besos, a una dama. Se oyó gemir un canto en el entorno femenino de un flamenco acogedor, se oyó el suspiro de un chelo, la armonía de un clarinete, se oyó la voz de un hombre ejerciendo de alentador de chispas, mientras se veían gozar los ojos cálidos de Carmela, Ana, María, Lucía, Miguela con la sobrada sumisión a la música del Pepe Roca más excelso de la tempestad de su valentía.

Quedó la conspiración arengada de tiempo, rota por las exigencias de la noche. Días antes habían sido las gotas de lluvia, la noche del jueves las gotas del canto, todo en una emisión de mensaje como recados para una dama.

 

 

 

Ramón Llanes. 9-10-09.

Emitido en Cadena SER.

A UNA MUJER


 
A UNA MUJER
 

Tú eres mujer y yo soy hombre. Los dos somos seres humanos adscritos a esta doctrina de vivir. Los dos somos alternativa y complemento. Los dos navegamos a la par, hacemos la misma singladura, andamos por la mar y los caminos, nos bañamos en el sol que nos alumbra, vamos con la cara de paz por las tierras que nos nacen, tenemos el prestigio de saber amarnos.

Ya no somos tu o yo, ya somos tú y yo; seres dispuestos a no carecer de esperanzas.

Mujer, amiga, compañera, amante, esposa, inspiradora, para que desde tu tesis sea yo el hombre que amas, el que esperas, quien te inspira, el compañero, el amante, nunca seas de mí la dueña ni yo dueño de tu alma. Así, los dos, con la garantía de comprendernos que nos da nuestro mismo respeto.
 
Rllanes

PARA ANTONIO GIRÓN


PARA ANTONIO GIRÓN

 

En reconocimiento a su mecenazgo con la literatura onubense

 

 

Tu sistema responde a  estos impulsos
de entregarnos el libro y el afecto
a cuantos a ti fuimos. Fue correcto
el trato, no salió lo impreso insulso.

 

Estar allí fue inclinarnos a pulso
a tu hacer, cuidándonos todo el texto
como únicos duendes predilectos
de tu rotativa de dar, al uso.

 

El tiempo mejoró  tus líneas rojas
como genial mecenas de poetas
y te abriste un espacio entre las hojas

 

poniendo tu lirismo en tus carpetas.
Esa fue, amigo, tu paradoja
que aprendiste mejor las dos recetas.

 

Ramón Llanes
24.2.2012 

 

 

 

 

 

MUDANZA


MUDANZA.

 

Levanté la semana con ganas de hacer algo inmenso que pusiera la dosis necesaria de delirio a los actos para que fueren respetados y produjeran el entusiasmo de los buenos momentos, dediqué los primeros días, léase lunes o martes, a meditar las grandezas que se listan en el protocolo de vivir que tuvieran capacidad de cumplir el perfil trazado. Acaso escribir un libro, acaso ponerme a las puertas de un organismo cualquiera a ofrecer mi huelga de hambre por un bien común, acaso pintar con letras en rojo muchas paredes de Huelva y que me detuvieran más por buen pintor que por asqueroso, acaso repartir billetes de 500 euros por los barrios más necesitados, acaso ser mendigo, payaso, artista, poeta o afilador. Todo con tal de ponerle un aire distinto a una semana cualquiera, que solo se destacó por fútbol, frío, viento y cuesta de enero.
No sé, acaso cambiarme de peinado (que sería imposible), o cambiar la sonrisa por otra más cariñosa. Eso, algo inmenso, algo delirante.

R.llanes

lunes, 27 de enero de 2014

LOS AMANTES

LOS AMANTES


Los amantes se desvelan
a la menor intención del recuerdo,
vagan sudorosos por las rutas perdidas de la entrega,
se alimentan de la nada, enmudecen el espejo,
saben desempolvar cualquier mentira
por conseguirse a tiempo.

Jamás sabrán la pretensión primera
los amantes,
se irán de la pasión al olvido
cuando el despropósito de una palabra,
pueda al beso,
se irán del calor al tedio,
y de la paz al desconsuelo,
se irán a las vanidades de la luz
o a las tibiezas de la sombra
sin rumbo en las manos.

Los amantes han aprendido
a conformarse con la soledad,
sin remedio.

Hacen libertad,
acuñan esperanzas
y se pierden los ocasos,
ganan una eternidad minúscula en cada suspiro.
Se alientan las ensoñaciones,
arañan mil veces el cielo
deambulan por la misericordia de los cuerpos,
aprendiéndose, atorándose en el placer,
y resisten a la incertidumbre del abandono.

Los amantes perfilan el amor,
se lo diseñan
en la intimidad de la calentura,
se moldean los caprichos y se purifican.

Cuando deshoje la última flor de Otoño
aún seguirán los amantes,
estarán ausentes a la canción de la vida,
inmunes,
insatisfechos y cálidos.

Ahí estarán después de la alcoba,
lúdicos en las reliquias
de la última noche,
y seguirán amantes
a pesar de la ausencia,
que la piel de amante
es traje de toda época
y la emoción del amante
pervive eternamente en el alma.

Rllanes