RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

jueves, 31 de agosto de 2017

ENCUENTRO CON LAS LETRAS.

Encuentro con las letras


Mi profesión de individuo me obliga a estar ligado a la costumbre de leer, escribir y hablar, todos los días, en todos los trazos del día, en todas las crecidas de luz o llovizna que presente el día, cualquier día. Soy una especie de noria dando siempre vueltas al mismo círculo. También a ratos, vivo otra armonía, con la misma pasión.
Luego de ver reportajes de ostentación me pongo en mínimos. La sociedad que comparto es luenga y culta, menesterosa y alegre, vital e imprescindible, pero la sociedad que me enseñan en el noticiero no tiene estos cánones, se desenvuelve en la prepotencia, la insatisfacción, la obsesión por el copiado de seres de aquello que poseen otros seres. Y se me viene el alma a los pies. Mientras ellos acumulan soberbias y palacios yo, -y mis colegas de foro y calle- acumulamos letras, palabras, miradas, una copa, un resultado, un mecanismo de defensa para sobrevivir con lo justo entre los justos.
Ya tengo edad para darme cuenta que habré sido un poco tonto dedicándole tanto tiempo al alma y muy poco al "tener"; que aquello poco que se alcanzó reunir fue más con capital prestado que con inversión poseída. Habré sido, insisto, más tonto que Abundio y en cada día que me falta, -ahora que ya no tiene remedio porque ha mermado mi capacidad de ganancia- me propongo cambiar. Pero mis amigos de culto, con quienes desmenuzo mis sentimientos y la vida, están en idéntico plano, se han vigilado más en el "adentro" que en "afuera"; y eso me hace continuar en esta misma onda, aunque de vez en cuando me venga un arrebato de conciencia capitalista y mande las letras al garete. Los tantos nombres que pueblan en rojo de afecto mi agenda, los tantos consuelos que llevan las palabras y las tantas satisfacciones que me han dado los versos me hacen desistir de buscar un mundo que no sea onírico y que esté más allá de las letras que comparto con los míos.


Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE).
15 Septiembre 2013 

FILÓN CENTRO. THARSIS


miércoles, 30 de agosto de 2017

EL POZO DE LA FALSA

EL POZO DE LA FALSA.


Carmen recibía compaña y amor en aquella soledad de las minas, soñaba su romance no hallado, carecía de relación sentimental a la manera clásica y se valía de la noche para regar sus emociones con lances furtivos; un hombre le agigantaba su pasión estremecida porque los tiempos no consentían el adulterio cuando el adulterio se convertía en el más necesario de los pecados. Las noches taponaban los ruidos y se hacían silencios los besos y las palabras, únicos cómplices de un delirio humano imperceptible para los demás y gozado por ella con la intensidad de los enamorados.
Carmen tuvo en sus manos un destino impropio y fugaz, le concedieron la otra paz que no deseara, renunció a los medios y a la moralidad ofrecida, a sangre y valor apañó su anonimato con entregas, su timidez con valentía y su fuerza se forjó de una intensidad inigualable para seguir rozando los labios amados en esas oscuridades a donde la luz no alcanza.
Pedro se le acercaba a cada atardecer, dejando atrás compromisos de esposo en otro hogar, y vivían juntos, con misión de recelo, las horas que los sueños otorgaban tranquilidad a los vecinos, para inventarse justificaciones o perpetuar el amor.
El tiempo se hizo con ellos testigo y compañero. Conspiraba desde el ocaso al amanecer osando otorgarles prudencia y ánimos, que solo el tiempo sabe conceder tales bienes.
Mucho después oyeron el llanto abierto y libre de un niño que nacía envuelto en pañales de asombro. No tuvieron el pulso justo para solicitar del tiempo más complicidad y quedaron rotos de miedo, en un cuartucho de soledad, en una tormenta de culpas que predecían. No cabía otro desenlace que la nada.
Y ya en la noche devolvieron el niño a su sueño de agua dejándole menos libre, hasta que el pozo le tragó el llanto extenuado y el recuerdo quedó en un fugaz pensamiento dolido por Carmen.
No existe la memoria en los vecinos después de la condena para ambos pero se le llama aún el pozo de la falsa sin apenas creerse si todo fuera verdad o leyenda.







Ramón Llanes. 15.12.02

A RAMÓN LLANES DE ROSA PAZOS

A Ramón Llanes, de su poema HOY.

En la vena de una mina hay un cuaderno
con borrones de metáforas y poesías
salpicadas de infancia.



HOY

Hoy el poeta da un paseo por su alma.
En su aliento susurra una guitarra,
halla en sus ojos soñadores un llanto escondido,
distingue la piedra que ocultó dentro del pozo de sufrimiento.

Hoy el poeta da un paseo por su alma,
en su reflexión deja abiertas las rejas del paso de los días
que encarcelan sus emociones,
percibe que debe cerrar esa herida atormentada
de jarales, aromos y romeros calcinados.
Encuentra en su pecho la lírica a veces depuesta
y tropieza con racimos de estrellas desnudas en el cielo.

Hoy el poeta se quita la máscara vertida en la sombra
para revelar su identidad
y sus deseos de Paz anegan el mundo.

Hoy el poeta da un paseo por su alma
y nota los huesos de la mina esparcidos en versos por su cuerpo
y la esperanza arrullando las voces de sus sueños.

Hoy se envuelve en la tersura de su alma,
hoy siente la libertad.


 Rosa Pazos. 21 junio 2016

EL SOL PRIMERO

El sol primero

Acaso la ventana para emprender un viaje oportuno a los sitios del agua y a las oquedades del tiempo que nos tocó ocupar; acaso escondernos de las pistas cotidianas. Este sol primero tan invernal como atrayente es el misterio por donde empezar a compartir nuestros proyectos ciudadanos y personales. De aquí al infinito de cada cual y de todos.
Estas páginas se abren hoy a todos los aires, con el buen gusto por lo bueno, con la delicadeza de saber contarlo con bondad y con el mimo a dedicar a esta bondadosa tierra todo nuestro desparpajo y nuestra versatilidad. Seremos como soldados de la palabra en un intento continuo por transmitir fuerza y lealtad.
Cuando este sol primero caiga en el amanecer, oiremos juntos el silencio de la marisma contarnos labores de redes llenas y cuando el sol primero se vaya con el mismo silencio por el horizonte cálido, volveremos a estar encintados a la sensualidad de estas emociones.
Y en esta ventana procuraremos celebrar festejos de Huelva y engancharnos en el intento de mejorar este páramo tan sutil y majestuoso al que pertenecemos. Nuestra vieja Onuba será nuestra mejor referencia y sus onubenses devocionales acamparán con todas las verdades hasta que la ría exporte la veleidad y los compromisos.
He venido a ello, a estar, ocupar mi lugar de peonaje en este sol que me propondrá siempre un estoico valor para el empuje, decir cuanto el pensamiento me inspire y apegarme más aún a esta espiral de honestidades que hoy reinventamos.


Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE)
25 Enero 2013 

ATARDECER DESDE MI VIDA


AMANECE


martes, 29 de agosto de 2017

LA MINA


PRIMERA PONENCIA

PRIMERA PONENCIA.


Pongo el dedo, la llaga,
el precipicio, la honda,
la fragua, el caldo,
el libro.
Pongo el horizonte,
el grana y la acuarela,
el besamanos, la culpa,
el recibo.
Yo, anoto calderilla,
avivo el fuego, medito,
aprendo y me rompo
con el soportal de la tarde.
Es la tierra quien me anuncia
el timbal de los madroños
para olvidar la cuesta del estío.
Pongo cieno por impulso,
margaritas por arrojo,
helechos por costumbre,
sopa por hastío,
besos pongo por amor
en mi mesilla de noche
y un marcapasos de nácar
que me duerme.


Ramón Llanes. (MEMORIA DEL PRÓDIGO)

VIENTO AZUL

[29]
Viento azul



Ya es azul
el consuelo que en un remilgo de la furia
el viento se ha puesto disfraz
de querencia haciendo volar las palabras
desde el silencio a las sombras.
Nos ha gustado el cambio,
viene azul la brisa, de la mar,
con ese regusto que antaño traían
los ojos de las mujeres que amábamos.
Aquí en la mina se ha sentido
el abanico azul oliendo a lejanía,
a esperanza y disfrute,
azul se nos ha puesto la calma.




Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

lunes, 28 de agosto de 2017

ODA IMPERFECTA A LO VIVIDO

ODA IMPERFECTA A LO VIVIDO

¿A quién dedicaré mi ternura? ¿a quién mi turbulencia?.
Acaso a la tierra. Sí, hincaré mi travesía en la tierra.
Con la rabia de un herido o la insatisfacción de un pródigo.
Acabaré deshollinando mi alma, sin dios, sin premio,
sin una emérita y luctuosa catarsis. A la tierra, el cuerpo
y la firmeza, la santidad y los vicios. A la tierra, la ensoñación
y las penalidades. A la tierra, a la boca más profunda de la tierra
dedicaré la parte de vida que le corresponde.

A qué ideario anotaré las ideas que me quedan?,
a dónde la artesanía de los versos?,
para quién los libros sin leer y los cuadernos gastados?.
Nadie, sino la tierra, heredará con deseos mi nostalgia,
a nadie podré contar que ya estaba en la tierra
antes de abonar la fosa húmeda, antes de habitarla.
A nadie diré lo vivido en la jerga del poeta, del añil
o la manzana. Del corazón, a nadie. No sabrán
responder con humor tan abundante murmullo.

Enviaré aquietar a los obispos, seré con ellos compasivo
sin gratificarles, seré fiel con la música, con la tarde,
fiel con la amistad y los paisajes. Cruel con nada.
O quizá con la burla de los malditos, con los miserables
que incendiaron esperanzas en los pueblos, con las ratas
de factoría humana, con la colección de avaros. Cruel
con nada, nada más cruel, para dejar previsto
cómo los sueños se colorean desde la utopía.


Te llamaré tristeza, nunca olvido. Te llamaré, si prefieres,
agua y mar, las dos cosas te serán percibidas. Te ajustaré
a la última vena que aguante el último misterio del vivir.
Yo me llamaré como diga la tierra, como mi madre suspire
o me llamaré con el nombre que los perros dedican al amor.
Te hubiera gustado llamarme, tantas veces, melancolía,
calma y emoción. Ahora importa más el recuerdo. De nombres,
elige, traza un borrón y será el mío. Mi página es frágil
con el beso, dedícame todo el pensamiento y me estarás
honrando y me estarás amando, y pensaré dos veces mi decisión.

Cuando llegué ya estaban los árboles y la mina. Ellos crecieron
conmigo, crecieron los árboles, creció de sobras, la mina.
Nos hicimos socios en el respeto. Acabé siendo razón y piedra,
hoja caduca. A veces estorbo, a veces rey, a veces intrépido
pero formábamos una sociedad perfecta para los debates
y sobrevivimos, a pesar del cansancio. Ellos ya estaban
cuando llegué y supongo que no iremos juntos al desierto,
me mandarán de explorador y seguiré siéndoles fiel y alegre
como hasta aquí. Ellos, lo sé, no cerrarán con llave la esperanza.


Ramón Llanes. MEMORIA DEL PRÓDIGO

HE NACIDO

HE NACIDO

He nacido con lluvia en la boca,
brazos mojados, pies en lodos
y charcos de agua en mis sueños,
he nacido por la candidez de mayo
sin darme cuenta de la luz.
Se me acercan los recuerdos
del atardecer de setiembre que nos cuajó
la herida en el tesón de un golpe,
cuando éramos también
un solo charco.


R.llanes. (del libro MEMORIA DEL PRÓDIGO).

EL PUCHERO

EL PUCHERO.

El puchero de madre tiene todos los sabores agradables de los alimentos y repara las cicatrices que deja la noche en la estampa del cuerpo y en el suburbio del alma, así que sin ser una pócima mágica solo alcanzable por seres de élites, llena de contenido una ansiedad perecedera y avisa de las calamidades existentes en el alrededor; es el placer que la naturaleza y madre ponen en las bocas agnósticas a tanto diseñado arte culinario y concede la fuerza digestiva para hacer frente a las mil caras que presenta la tarde en días de calor y en tiempo de truenos.
Cuentan las leyendas más severas de su poder salvador en épocas de hambruna y de sus facultades para sobrevivir a las circunstancias adversas de las modas y las evoluciones en esto de la gastronomía, permanece el puchero en la ternura caldosa de su impronta casera, acaso la luz semiabierta de la cocina pendiente del deleite, la mirada siempre insinuante del gato, la consejería eterna de madre en la silla de al lado, el humo de padre sofisticando el ambiente, los hermanos inquietos y los ingredientes de vida haciendo de un cuerpo débil, adormilado y pusilánime, un hombre de altura creyendo en metas y sueños mientras es devorado el último hálito de elixir que el espejo del plato vislumbra en la postrera faz del fondo vacío.
Amar la costumbre orgánica que los antepasados emitieron como un talón al portador de longitud infinita, arte de cocina y tiempo, amar hasta dedicarle el monumento más útil y hacerle un hueco en la asignación como patrimonio de la más humilde humanidad por haber contribuido a la felicidad de los pobres en todos los tiempos y haberle ganado el envite a tanta dificultad. El puchero es la hacienda de madre, la herencia de madre, el calor de madre para resolver las insignificantes dudas de la imaginación alimenticia. En su honor se explican las cosas pequeñas con la grandeza de las palabras.


Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE).

domingo, 27 de agosto de 2017

A NOSOTROS NOS CAMBIÓ ABRIL


CORTA DE MINA GUADIANA. HERRERÍAS


EL OTRO DÍA

EL OTRO DÍA

La futura negociación de nosotros mismos con nuestra propia supervivencia pasa inexorablemente por el pasado; lejano, cierto o complejo pero tiempo pasado con su consecuencia de contraluz o cansancio. Todo lo de atrás persigue en nuestra cábala un remonte más dulce que agrio como si un borrador tácito se encargara de olvidar la sustancia menos sabrosa del recuerdo. Durante el pensamiento prevalece una dócil afinidad de este con la nostalgia, la adueña, la seduce, la mueve y la mima con un justo parecer a fin de sacarle esa versatilidad romántica con capacidad para ocasionarle sonrisas, un parecer mejor, una égloga nueva, un agrado.
Todo se puede volver mentira al correr la última maratón, todo lo guardado puede envolverse en una súbita perfidia, en algo obsoleto o inútil; todo lo que contienen las neuronas que se encargan de esta distribución dentro de la cámara más genuina del cerebro queda sometido a las inclemencias más severas hasta poderle derribar una simpleza de detalle o un desaliñado momento.
Al llegar al pasado se consensúa la libertad de la elección de éste con la conciencia y ellos elaboran el proyecto de disponer del recuerdo o de incentivar el presente para establecer una causa nueva que impulse la actividad. En principio cuesta un mundo obedecer, intervienen cansancios y desganas pero cuando el ejercicio del futuro entra en el juego se entripan los desalientos y nacen corajes que empujan. La ejecución de los actos conlleva el placer de su realización y concede la posibilidad de enraizarlos en la tierra de los recuerdos hasta convertirlos en modos y sirvan mañana o dentro de veinte años para una nueva virtuosidad de confort en la memoria. Será la ganancia del tiempo para la felicidad, ¡qué delicia!.


Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE).
6 Febrero 2015

sábado, 26 de agosto de 2017

NUNCA TE SENTIMOS LLEGAR

NUNCA TE SENTIMOS LLEGAR
Nos producimos mutuamente hastío,
-habrás pensado-,
por aquí jugamos a “lo nuestro”,
nunca te sentimos llegar
y vienes desde la inocencia
a llevarte sueños
que no son tuyos
y vidas que no son tuyas
y nos desesperas
después de haberte llenado
de nuestro afecto tus bolsillos.
Ven, amigo, hermano,
acércate al campo que te abre
esa nueva esperanza,
acércate para el abrazo
mas nunca para la batalla,
nosotros y tú no tenemos
cuentas pendientes,
acércate y pensaremos juntos
de la vida.
Ramón Llanes. Tharsis 26 agosto 2017.

OLOR A TI


OLOR A TI.


De existir la novedad
hoy es nuevo,
he recuperado el olor a mirto
que tan sufridamente me huele a tí.
En la soledad, en la soberbia,
en el deseo, en la generosidad,
me huele a como huelen
las tardes de amor;
no me huele a espera
ni a silencios,
me huele al sudor
de mi alma
y a los cuerpos sembrados en mi piel.
Es mi novedad de estío,

sorpresa y ansiedad.

Ramón Llanes. MEMORIA DEL PRÓDIGO

EL HUECO DE AGOSTO


El hueco de Agosto

Este mecer acontecimientos que convierten casi en luna llena todo el mes es una delicia sin frenada que colma una inmensidad de deseos de una no menos cuantía ingente de personas más hechas al reloj que al ocio. Es la octava vez que inician en el calendario la puesta en escena de la dedicación de su tiempo al oficio de elaborar un esquema permitido de olvido a cuanto de oficio de hacer se trata, ahora enmascarado en el oficio del tedio, la meditación, el desenfreno o la fantasía; los oficios, más juntos o más separados que nunca, porque la ocasión merece un deleite sin golpe de sorpresa al levantarse, sin opinión en la oficina, sin incomodidad en el taller; como que se acaban tiempos y nacen tiempos nuevos en el hueco de agosto.
Han pedido algunos sabihondos una letanía de meses de agosto todo el año para lo que pueda pasar pero no están las tolerancias para tanto derroche y conforman en convenio impuesto que solo un mes, el octavo, será la custodia de lo más banal en la teoría de lo inmundo, mangas arriba, pantalón recortado, ganas de descenso y voluntad en declive; es la vida en solfa de tono menor, los galgos mirando la luna, los relieves en decadencia y la sombra en pie admirando miradas de idos en las florituras del sopor estival.
A la Onuba le viene la dicha de una confrontación de humanos en el tono más magnífico de la paz, creando en la orilla de una ría sobrada de belleza un episodio de desenfados, criaturas en cierto éxtasis de fiesta y grumetes de calidad haciendo ponche, hermandad, diversión, a la par de entretenerse en no mirar para los mundos que se destruyen alrededor, por unos días. Tiene, Onuba, su derecho, como otros de nuestros más preciados pueblos lo merecen por no considerarse un privilegio otra nueva intentona por ser feliz, es lo normal, es agosto.


Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE)
1 Agosto 2014 

viernes, 25 de agosto de 2017

EL HOMBRE DE LAS LETRAS


El hombre de las letras


Ahora que se ha puesto García Márquez a escribir sobre él mismo y sobre su pasión, ha comenzado a llover sentimiento sobre el barro de su moldeada soberanía de escribidor de historias; se ha puesto sencillamente a llover como si abril fuera pecado, como si en verdad el Gabo de los sueños párvulos se hubiera de dar vueltas imprecisas por el purgatorio para cumplir la premonición de Millás.
Se pregunta el mundo si pudo ser un iluminado de la narrativa este colombiano que sorprendiera a quienes le otorgaran el mayor de los premios; nos preguntamos a quién ha de corresponder el don de esta exce- lencia. No ha lugar a torpedear con comparaciones la noble tarea de escribir, que todo cuanto luzca en el papel lucirá en el entendimiento. Su revolución ha sido escribir bien, ha dejado dicho. Y Gabo se ha hundi- do en la glosa de la tierra con un bagaje de dignidad propio de quienes han luchado con una consigna de vida acorde con la misión que su conciencia le encomendara.
No basta inculcar razones de encumbramiento por aparecer como el mejor de su tiempo, no es egregio el término, no lo hubiera querido Gabo; es un hombre de letras, de todas las letras, de todo el hombre, con toda la capacidad de ser humano a quien distinguiremos, leyéndolo, comprendiéndolo, hasta siempre. Aunque nos reservaremos los acentos y las comas para adornar nuestras palabras en contra de la voluntad suya y aunque le seamos infieles en esta artesanía de imitarle.


20 Abril 2014 
Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE)

miércoles, 23 de agosto de 2017

EL HOMBRE DE CRISTAL


El hombre de cristal


El sabio se distinguió impartiendo enseñanzas de gran valor, formulando una línea de investigación sobre los efectos positivos de la codicia; consiguió, en la Universidad donde enseñaba, un ejemplarizante nivel medio de conocimiento en los alumnos y siguió en su posición laboral, -dedicado de pleno al oficio de compartir lo sabido-, con la misma metodología de paciencia como para desatar la locura entre la consabi- da opinión social que no le permitía tanta transparencia. Su sabiduría - se permitía decir en cada conferencia- le provenía de su claridad de ideas y por tal consideración se hizo llamar "el hombre de cristal".
Acabó minándose de críticas, escaso de trabajo y olvidado en la tarima de su clase a donde se desnutría el interés por los conocimientos del sabio. Ha perdido su noción de tiempo y rebusca consuelo emocional en cualquier dama callejera que le acepte. Se convirtió en un ser inservible a pesar de su vanagloria de transparencia, se esconde de las claridades, huye de las multitudes, ha envejecido como la piel del hierro y parece oxidado de miedos. Es un hombre capacitado, con una inteligencia de máximos, con un dominio inusual de las lenguas y con una dotación especial para identificar cualquier documento, persona, edificio, ciudad o misterio. Pero se ha caído en la indigencia de los hombres y ya no es válido, solo virtual, solo para el más torpe recuerdo.
Apareció, de pronto, en un mitin político como candidato a ocupar escaño en un importante parlamento de la vida y habló de negocios con el exterior y de los defectos de los políticos contrarios y fue aplaudido y fue elegido y alcanzó un puesto importante en el ministerio de quienes le olvidaron. Y, como a cualquiera, le han abierto una causa penal y le han imputado y le han sobornado y le han tirado libros a la cara y le han repudiado quienes nunca le olvidaron y ya no es un hombre con los bolsillos de cristal pero no le han llevado a la cárcel porque ahora le defienden los que nunca fueron transparentes y se ha involucrado en el cinismo, como cualquier otro de los que siempre le olvidaron. 

Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE)

martes, 22 de agosto de 2017

CASINO


[21}
Casino


Para conjugar las horas de libranza
en los fuegos del estío
se hicieron vitalidad los sitios
del ocio, simulacro de palacete de la vida de los mineros, 

concesión de mérito, 
lugar de emblema y calma.
Los foros nuevos del estar, 
nunca para el conflicto,
nunca para resolver credos, 

solo para sustanciar emociones desde la pequeña libertad
que el orden concedía a los obreros.
Se extendió para siempre su halo de utilidad, 

se consiguió entender de otra forma la unión 
y fue allí donde se volcaron
sabidurías y culturas, recién hechas
o recién traídas de otros lugares.
Se le llamó círculo
como semejanza a lo unido,
más escenario de estancia que de tránsito,
y perdura, con los sobresaltos de la historia, 

con la soberanía del tiempo. 


Ramón Llanes. (MINERALOGÍA DEL ALMA)

EL ENCUENTRO


El encuentro


Ayer apenas éramos extraños y hoy me produce comodidad haberte conocido. Aquella circunstancia no buscada y tan casual, aquella tarde a las seis, aquella plaza con luz, aquellas primeras palabras sobre la política del sentimiento, tus ojos puestos en todas las cosas, los com- pañeros hablando de desencantos, el tiempo, tan dócil; lo recuerdo como una grata sorpresa, como si me tocara encontrarte, como si estuvieras allí porque yo llegaría.
Ahora, cada vez que comprendo tu nombre y escribo tu sonrisa, me secciona la complacencia del alma una doble sonoridad de música nueva que impulsa un timón sin destino porque son los espacios quienes acuden abiertos a la complicidad nuestra, etérea y fértil desde la primera señal. Ni siquiera llamarle amistad, solo encuentro y tal vez serendipia afectuosa que vibra desde la primera atención. Sin conocer de ti más allá del nombre y sabiendo solo de tu físico, habiendo intercambiado pen- samientos y risas, siendo seres de distinta procedencia, con deberes sociales distintos y con edades desiguales, nos mantuvimos erectos en el agrado, gustándonos en el trato y considerando que algo común unía toda la amalgama de distinciones.
Al cerrar la página de aquella tarde, doblegué el sentido que para otro asunto tenía y me encaminé, escritura arriba, a dedicarte las primeras salvas, no huyendo del tiempo ni aclamando las ligerezas de la segunda emoción, solo derritiendo las sobredosis del mejor sentido a la conformidad. Nada más de ti he conocido para no llamarte, como dije, a la esclavitud de la amistad; solo ahí, en todas las puertas encendidas pero sin limitación de la conciencia, sin arraigo, sin voluntad; solo el pulso determinando el deseo, las cosas en sus sitios, los destinos en su crianza y las vidas en sus loterías. Saber solo tu nombre, no más que conocerte por la sonrisa, es el trance que guardaré de aquel encuentro de las seis en la plaza con luz, una tarde de la vida.




21 Enero 2015 
Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE).

lunes, 21 de agosto de 2017

EL DESPERTADOR


El despertador

Observar con ternura el despertador puede ser una cursilería o un desvelo porque su materia induce al rechazo y su canto al dolor. Antes de él se extiende un manto oscuro que queda plasmado en plácidas dormidas, con susurros y silencios donde la noche inventa miles de sensaciones que los sonidos intrépidos de la máquina exacta de relojería vienen a romper de un golpe seco e infame que a su vez divide el placer en dos mitades, la una enternecedora, la otra tóxica. El día comienza sin alterar su ritmo, las campanas obscenas del despertador mandan en el único sentimiento vivo del ser en ese instante y le ordena se prepare para la batalla.
Afuera espera un pronóstico de inseguridades, una gresca con la vanidad o una nueva ilusión surgida desde los sueños, -mucho antes del empuje a la vida-, y apenas el esfuerzo tiene rango y a poco que un descuido se inyecte en el somnífero, la almohada se presta al sosiego y atiende esa inconfundible gana de volver y los ojos sin deshincharse simulan una parsimonia de cansancio, hasta que la insistencia del inquieto despertador -que siempre llama dos veces o tres o veinticuatro- obliga a tomar conciencia de una impuesta y no aceptada realidad.
La alcoba será luego un desierto de normas y las cuerdas darán paso a las horas sin avisos ni consejos, la inercia del tiempo pondrá el rigor mientras dejará su mundo de sonidos el aparato molestoso que adorna la mesilla con su vulgar tono de insolencia.
En el despertar del sábado los tiempos juegan de otra manera, no existe premura que corresponda atender, las ventanas cerraron su luz a la estancia, los proyectos se fueron durmiendo en el calor perezoso de la noche, las bridas de la puerta están forradas con acanto pero en tan sabroso dormir, -por las razones que nadie sabe-, el despertador vuelve a sonar con la misma voluntad, a la misma hora y se inventa el mismo canto de siempre para organizar el día, sin conocer que el sábado se cambian las costumbres y advirtiendo que alguien se olvidó de ponerle mordaza a la campanilla del despertador.


Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE)
11 Noviembre 2013 

COMENTARIOS DE BENITO MARTÍN AL ACTO DE PRESENTACIÓN DE "EL CAJÓN DEL SASTRE"

Buenas noches a todos :
Amigo Ramón , estoy aquí cumpliendo tu deseo de participar contigo en esta noche tan especial para ti . Y lo estoy en calidad de eso, de amigo . Amigo de toda la vida , porque antes de que empezaras a darte a conocer como escritor firmando como Ramón Llanes , yo ya te conocía desde mucho antes como Ramón el del sastre, de ese sastre , tu padre al que te acercas hoy trasteando en ese cajón, sacando de él todas las vivencias de aquellos años tan recordados y queridos por ti.
Y vengo esta noche aquí a recordarte , a recordarnos , a compartir anécdotas de aquellos años de adolescentes en los que íbamos forjando nuestra amistad , incluyendo nuestro paso por Madrid en aquella pensión de Puerta del Sol donde reíamos más que comíamos y donde aprendimos, por ejemplo, que el arroz a la cubana, además del arroz y el tomate frito, también se podía acompañar con plátano frito. Esto para nosotros, recién llegados del pueblo, era plato de estrella Michelin .
O cuando por aquí por Huelva nos íbamos a "charlar", o sea, a hacer la siesta en nuestra jornada laboral partida en tu piso recién alquilado de la Barriada Adoratrices en la calle Canarias, después de haber dado buena cuenta del plato del día en el Bar el Tubo o el Stela Mari , ya desaparecidos los dos.
En fin , tantas y tantas historias compartidas a lo largo de " Medio siglo de amistad " y que a día de hoy aún perdura en el tiempo.
Y aquí estás hoy en tu amado Tharsis, en este pueblo tan querido por ti tantas veces alabado, tantas veces mencionado , tantas veces resaltado en tu faceta de escritor y siempre que encuentras ocasión para ello.
Y aquí tienes Ramón , amigo, a tu Tharsis , a su gente, mostrándote su respeto, su admiración, su afecto y su cariño para que te sobren los motivos y seguir sintiéndote orgulloso de ser ..... tharsileño .
Un fuerte abrazo amigo


Tharsis, Agosto 14 2017

sábado, 19 de agosto de 2017

NORIA

1.- NORIA

Al borde de la espiga
abril desciende por el horizonte,
errante el pábulo verde, loca la mugre,
descontando vicios va la noria,
a una vuelta perdona, a dos vueltas sonríe,
a tres se une,
a más vueltas es noria otra vez,
para volver a no cansarse de tiempo
ni de sombras, ni de agua.
Por el color del sembrado
conoce el calendario,

por el viento conoce las horas.

Ramón Llanes. (MEMORIA DEL PRÓDIGO)

EL CONQUERO


El Conquero


Todo el cauce del río Odiel se convierte en una inmensa llanura de esteros que configura uno de los más bellos paisajes de nuestra Onuba y la parte más alta de ese cuenco natural es un mirador desde donde se observan los atardeceres, las mareas, la marisma inquieta y la propia vida de la ciudad. Es claramente observatorio de palpitaciones y even- tos del universo onubense, singular plasma donde las miradas se pierden y se encuentran como si todo lo de abajo fuera el cuadro más lindo pin- tado por el mejor pintor. Y tiene su estética perfecta, el agua es la sober- ana de la belleza, el azul del cielo le hace el juego al tránsito de los sen- tidos y las emociones se erigen también en formas que se mueven alrededor de la excelencia del paisaje.
El Conquero es la nube más señera o la pestaña menos honda o la atalaya para que los seres humanos disfruten de la naturaleza y apren- dan a imbricarse en ella con los ojos, las sensaciones y la espiritualidad. Nunca seremos suficientemente explícitos narrando tal exuberancia de colores y figuras porque nuestra condición de onubenses nos embarga el halago desmedido y cortamos aquello que nos puede parecer exageración; han de ser los visitantes quienes nos saquen de la realidad a través de sus asombros. Aquella tierra unida a los dorsales del mar, la conjunción de fauna y flora en la pendiente del tiempo, todo queda visto con garantía unívoca desde ese lugar primigenio y casi eterno que defin- imos como Conquero.
La delicia de un paseo por su margen alta, recorriendo detalles, con las manos puestas en la frente para disimular el agobio del sol de la tarde, comparecer a las distintas puestas de sol que la atmósfera nos brinda, con- templar aquella bonanza que el estío refleja en los jalones de esteros, vivir aquello desde la grandeza de El Conquero es un regalo que la virtuosidad concede a Huelva para la crecida constante de sus sentimientos. Estar en el Conquero es pertenecer a un grupo de privilegiados que casi se entien- den parte de la umbría celeste y tienen en el honor personal la gala de pertenecer a este mundo cálido que a la vieja Onuba tanto embellece. Estar en el Conquero es una forma de estar un rato en el paraíso.


Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE).
3 Diciembre 2015 

viernes, 18 de agosto de 2017

LIMPIEZA

56.- limpieza

Aquí, en este grano,
en la pupila del dolor,
tócame con tu vida,
aprieta los nudillos,
duéleme sin razón,
empuja sobre el daño,
limpia de mundo mi piel
y siémbrale una luz roja,
créale la esperanza,
llámale futura,
déjala invadir el alma toda
trenzada de pasiones
y evítale la codicia.

Ramón Llanes. (FÁBULA DEL VACÍO). 








EL CANSANCIO Y SUS LIMITACIONES.


El cansancio y sus limitaciones


A propósito de la excursión de siempre con el niño Daniel.


A mitad de la cuesta asoma siempre el primer síntoma de cansancio y la meta parece infinita; arrecia el aire, las piernas son de trigo, la mar no se otea, el niño ha perdido su esperanza y se sienta sin mirar las reta- mas que punzan a todas partes su amarillo. Pero el niño dijo, ¡vámonos! antes que todos los demás, o mejor, cuando aún los demás seguíamos cansados como viejos.
Quedan diez pasos, apenas unos riscos que sortear, los brezos que se saltan sin esfuerzo y un jaral tintineando su humildad en la solana. El niño juega a subir y corre más que el viento, los hombres -nosotros, por más señas-, solo nos preocupamos de respirar creyendo que la super- vivencia es menos que eso. Nadie habla de abrir la mochila, nadie sabe definir ese regio horizonte que estábamos buscando y que por fin se nos disuelve delante de los ojos, nadie habla, todos descansamos excepto el valiente niño que apenas llega a alcanzar los cuatro años.
Ya en la cima deseada, con el cansancio dormido y la piel abyecta y estirada, la mirada es nuestra gloria. Allí están los campos rojos, las montañas grises; allá se esconden las migajas de tiempo, los sobresaltos y la libertad. En eso pensábamos hasta que el niño gritó que tenía ham- bre y recurrimos a la mochila, disfrutando de un lugar un poco más cerca del infinito de cuantos nosotros ocupamos a diario.
El cansancio limitó nuestras fuerzas, nos agujereó los músculos, nos irritó la sangre y nos apresó el estímulo pero nos parió un paisaje que siempre habíamos soñado.

Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE).
25 Noviembre 2012 

jueves, 17 de agosto de 2017

EL CANSANCIO DEL CARCELERO


El cansancio del carcelero


Quienes impulsan el independentismo de Cataluña lo hacen conscientes del juego que supone echar un pulso al estado hasta aburrirlo, más que dominarlo. Ambos tienen razones jurídicas y ambos poseen argumentos para que una u otra opción se resuelva. El imperativo legal impide la segregación y en tal aserto se asientan los separatistas pero ello conlleva una serie de situaciones procesales de difícil cumplimiento; los promotores de la diáspora saben de las dificultades que tiene el estado para atender escrupulosamente cada acción y solo esperan un olvido por aquí o un fallo por allá para enturbiar el procedimiento, algo así como estar atentos al cansancio del carcelero para escapar.
No es otra cosa que un juego ingeniado desde la osadía, la prepotencia y la locura. Es lógico que cada pueblo quiera obtener la cuota de independencia que cree corresponderle y que cada cual pueda luchar por esa legitimidad si la considera perdida, desahuciada o vilipendiada; el derecho de los pueblos al progreso y al bienestar está asignado en nuestra Carta Magna como derecho especialmente protegido por las leyes. La duda sobre "la cosa catalana" no se asienta en oponerse a la separación para evitar su evolución, no para trabar los adelantos o los sueños. La cuestión no ha sido centrada y existe un desconocimiento sobre esta ambigüedad que aún no queda ni aclarada ni resuelta.
Esta secesión es un capricho político, con escaso apoyo popular, que se significa mediante la inducción al mismo al culpar al estado de los perjuicios, maldades y molestias que al pueblo catalán les produce formar parte de un engranaje general. El error parte de la sinrazón. No es el pueblo destinatario o protagonista el generador de esta sublevación sino la locura mental de cuatro iluminados que se autoproclaman salvadores de una patria ficticia. Y toda la estrategia empleada para tal fin por esta camarilla de adeptos se sostiene exclusivamente en morder al elefante y esperar que el carcelero duerma, se canse o se descuide para salir espetados de su propio cuerpo institucional, sin importar el respeto a las normas que ellos mismos pusieron antes de comenzar la contienda. Entenderlo como golpe de estado para ocuparle mayor reproche sería menos que reconocerles el derecho.


12 Noviembre 2015 
Ramón Llanes. (EL CAJÓN DEL SASTRE)

COMENTARIOS A "EL CAJÓN DEL SASTRE"

Comentarios para la presentación del libro de Ramón Llanes en Tharsis, “El cajón del sastre”. 14-08-17.


Yo leo, tú escribes, ella siente, nosotros amamos… Verbos hermosos para conjugar. Lectura, escritura, sentimiento, amor… Sustantivos con alma usados para comunicarnos, crear belleza, vivir, protestar, crecer…
Hoy esos verbos y sustantivos, entre otros muchos de una larga lista, nos sirven de énfasis para presentar en Tharsis el libro El cajón del sastre, de Ramón Llanes Domínguez, tharsileño de origen, estancia y destino.
Este conjunto en su totalidad, desde mi humilde punto de vista, es un compendio de artículos y pensamientos entremezclados, que van hilvanados con un estilo y forma preciso y perfecta, y con un fondo claro de disconformidad, unas veces, y gusto y entrega, otras.
Los ribetes en la expresión son de un profundo lirismo y sobresale en sus frases un total conocimiento del idioma, una perfecta construcción gramatical y un espectacular uso de los recursos estilísticos y figuras retóricas. El autor elige y entresaca los vocablos adecuados y los ensarta con precisión hasta componer una melodía literaria en la partitura del presente.
Podría decirse, que su libro es un diario sin cronología uniforme, o mejor, que es un ideario dando saltos de caballo en el damero del tiempo.
Esas ideas, esos pensamientos, esas rabias… no son más que situaciones y momentos por los que pasa el autor en los cinco últimos años, y las va recogiendo, dándoles forma y colocándolas, sin un orden establecido, en El cajón del sastre, que hoy nos presenta.
En ese cajón metafórico, al meter la mano puedes pincharte con una aguja o alfiler, y sangrar, y padecer dolor, y hasta gritar. Pero también puedes tocar un trozo de retal de terciopelo y sentir la suavidad de una caricia o recordar la sonrisa agradable de un ser querido o percibir los aromas con los que creciste. Todo cabe en el cajón: lirismo y rebeldía, ternura y dolor, rabia y súplica, descontento y entrega.
Todo libro lleva un mensaje que hay que descifrar y todo autor escribe con una intencionalidad clara. Ese mensaje e intención, esperan de nosotros, los lectores, una reacción inmediata, sea cual sea. Si no reaccionamos es que no hemos entendido nada.
Yo leo, tú escribes… Así comenzaba esta modesta crítica literaria de El cajón del sastre, libro que yo animo a que lo lean y que lo compartan, y si os gusta, reaccionad.
Mi más sincera enhorabuena al autor, con el deseo de que obtenga el éxito que se merece. Sabes Ramón, te lo he dicho en más de una ocasión, que para mí eres el Juan Ramón tharsileño, y permíteme que te dedique la letra de este fandango:
Tú eres el hijo del sastre
y traes repleto el cajón
el día que lo presentaste
en Tharsis, amigo Ramón,
a tu pueblo enamoraste.

Francisco González Durán.

 Tharsis 14 agosto 2017