lunes, 17 de julio de 2017

HOMBRE CIPRÉS




HOMBRE CIPRÉS.


El recto de la tarde, la valla desigual,
el hombre alto en la llanura, una cal
olvidada hasta del olvido
y los semblantes serios del musgo;
como el hombre, como las raíces del ciprés
involucradas en la tierra. El hombre
agnóstico, el ciprés sin difuntos,
el camposanto sembrado de malvas
y crecido en envoltura.
Para los dos, llegar es jugar con el olvido,
que del hombre conserva la plebe amiga
sus fieros silencios, sus escarceos con la soledad,
se juntan a precio de muerte
en un ejido largo, como sus pies y marcado
como sus cejas de nidales, como sus ojos tibios.

El ciprés también es hombre en la templanza.

Ramón Llanes.
(ANDANZAS Y TEMPLANZAS)

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