SOLDADO
SOLDADO
Detrás de
la colina,
dientes
apretados y molestias
en el
pulso,
sin
enemigo a batir,
perdido
de esperanza; la consigna
del
soldado no es matar,
es
olvidar que existe la muerte.
El
soldado distrae su mirada
en la
estepa desierta, solo huellas
de sueños
reflejan la respiración
y colman
el presente.
Hace
miedo, hay miedo en la arena
por
expresa voluntad del recuerdo
no
perdido. Huellas que no conducen
a futuro,
huellas casi inapreciables
para los
buitres de la memoria.
A la
vista de la tarde, el deseo
de estar
acariciado en unas manos,
sobrado
de tiempo hasta la perplejidad.
Suena el
dolor, la excitación se desprende
del
gesto, se pierde en el páramo.
Nadie
posible acerca la palabra
y el
soldado desmiente a la soledad
con balas
de fogueo
hasta
hundirse en un abismo
y decidir
perderse
en la
excusa del poema.
Ramón Llanes
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