LA PAZ PERDIDA
LA PAZ PERDIDA
Hicieron la guerra como quien hace un garabato,
no les quedaba Paz en los almacenes, dijeron,
solo encontraron balas y óxidos de concordia,
apenas buscaron más allá del orgullo
un lágrima viva,
un desacuerdo, una protesta,
se habían propuesto la guerra
como juego
para entretener los tiempos muertos y las osadías,
se habían jurado matar cuanto se moviera
a gusto distinto del suyo,
e hicieron la guerra
como quien hace un garabato,
sin contar con la vida, exentos de dignidad
y desprovistos de vergüenza;
malvados
como depredadores de los inocentes
fumigaron humanos con tanques invencibles,
emplearon la tecnología del hambre
para convencerles de la necesidad del conflicto,
para vivir mejor –les dijeron‐
e hicieron la guerra como quien hace un garabato
y la Paz estaba en el siguiente almacén, esperando.
Ramón Llanes
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