RAMON LLANES
DE LITERATURA Y FOTOGRAFIA
RAMÓN LLANES
lunes, 13 de octubre de 2025
BURÓCRATAS
domingo, 12 de octubre de 2025
EL ESPEJO DE LA COCINA
HISPANIDAD
sábado, 11 de octubre de 2025
TUNDA
El vocablo TUNDA proviene etimológicamente de TUNDIR definido como “cortar o igualar con tijera el pelo de las telas y los paños”, de ahí que tunda sea una prolongación del mismo que en vez de referir el anterior cambia la concepción por “dar o recibir una paliza” y son varios los sinónimos que se le asignan destacando: apaleamiento, leña, meneo, zurra, somanta, y algunos otros que se emplean en Latinoamérica. En nuestros ámbitos la tunda estuvo relacionada con el castigo de la madre a los niños cuando el comportamiento no fue adecuado a criterio de ella y se consideró una manera de atención ajustada a una disciplina que podía ser correctivo y enmendar la educación. La tunda de la madre siempre tuvo una connotación previa de miedo y susto aunque en muchas ocasiones sirviera para poco. El tiempo hizo su trabajo y casi que eliminó su uso y su aplicación como severidad habitual en reprimenda a los niños. Ahí queda
viernes, 10 de octubre de 2025
DE CÓMO GESTIONAR LOS BESOS
DE CÓMO GESTIONAR LOS BESOS
Puestos a pensar, desde la comisura izquierda del labio de abajo, las sales que provocan los placeres sensuales del beso están formadas de una infinitud de moléculas ricas en azúcares que se reproducen con el contacto entre labios y otorgan una delicada fragancia de bienestar, especies extrañas que circundan la piel hasta imprimirla de todos los sabores exquisitos que caben en la exageración pura de un encuentro llamado beso.
La gestión de semejante fórmula de placer se lleva a cabo solo con las personas que están configuradas en el más cercano ámbito de intimidad. Las sociedades -avanzadas o no- censuran los contactos tan plácidos y atractivos entre labios de bocas no ajustadas a unos cánones morales o costumbristas por entenderse como formas de posibles transmisiones de enfermedades latentes que se propagan con las glándulas salivarias con probable provocación de infecciones. El beso no ha sido sinónimo de constante transmisión vírica ni figura como acción que la medicina expresamente rechace en evitación de tales trastornos.
Las reglas del beso son consuetudinarias, exentas de tratados y disciplinas; el beso es un signo inequívoco de afecto, de entrega, de amor -en el mayor de los casos- y está desajustado de las normas para su necesidad. Mas qué dulzor y complicidad produce, qué deleite para quienes se enfrascan en prácticas intensas de su uso. Y el beneficio colateral que deja, en su espiritual órbita, no admite comparaciones con otras opciones de estrechamiento de sentimientos entre personas. El beso es el prototipo del amor, el signo de la pasión.
Instaurar el impulso de los muchos condimentos positivos que contiene el beso, qué mal endémico o trasnochado ha de traer a esta criatura moderna llamada sociedad actual, qué desorden, qué miseria. Como tener un pasaporte para visitar los mundos, gestionar la utilización del beso en términos menos intimistas, será señal de evolución y avance en la difícil tarea de vivir.
LA SOLUCIÓN DE LO ABSURDO
LA SOLUCIÓN DE LO ABSURDO
El Pleno aprobó el último Presupuesto del verano, justo tres días después de la desaparición del caniche del alcalde y la discusión no tuvo síntomas de bullas, ni insultos, ni semi-agresiones, como venía siendo habitual entre los del grupo mixto, que reivindicaban aumento de sueldo para las limpiadoras, y los sucedáneos que hablaban de restricciones y alcantarillas. Cogió a contrapelo el ánimo del alcalde y no se supo sujetar su lagrimita por lo del can blanco perdido. Y los humos se disiparon sin aparecer, con una mentalidad de sosiego impropia de concejales tan valerosos y antidemócratas, pero aquel día sonó la risa en la sala capitular, más por la exigua importancia de los temas tratados que por el sofoco del primer edil.
De palmada en palmada dejaron limpia de polilla, es un decir, la silla estilo luisquince ocupada momentos antes y el silencio se apoderó de la estancia solemne. Era miércoles y el sol tenía ropaje de furia. El último ujier recogió las botellas vacías de agua y con la misma sorpresa que un amante descubierto, se resignó a la triste evidencia de un Pleno distendido y soso. Él perseguía la comidilla para luego tener algo que contar en casa y, por supuesto, en la taberna del barrio. Calificó la escena con malhumor, frunciendo un ceño desgastado, cerró la puerta sin cuidado y se irguió en reverencia saludando el busto de un alcalde del 36 que presidía la antesala del gran salón.
La prensa sensacionalista, la deportiva, la hoja parroquial, que salió ese día, el programa de actos de la fiesta del verano y todas las demás, o sea el único periódico local, se hicieron eco de tan irreparable pérdida y ofrecieron buena gratificación al ciudadano que tuviera la suerte de encontrar al caniche, que respondía al nombre de un licor de menta; una especie de consultorio público y llamamiento de fajina para devolverle el preciado animal a tan apreciado alcalde.
Justo cuatro horas antes del inicio del madrugador Pleno, a las 12, comparecía un municipal de corte inglés, rojizo, bonachón y con cara de jubilado en la puerta de caoba del despacho principal portando entre sollozos al perrillo travieso que se encontró en una correría de plazoleta porque tal vez llevara años sin conocer las excelencias de la convivencia canina aunque le sobraran los mimos institucionales. Apareció y allí se formó un guirigay de impaciencia y salmos de aleluyas acorde con la importancia del hallazgo.
El Pleno transcurrió por los cauces normales, sucediéndose una pelea tras otra, insultos de los de antes, conflictos incluso entre miembros del mismo partido, desavenencias, golpes en la mesa y vocerío, conformando, como debe ser el morbo inquieto y socarrón del pobre ujier. Ese día se frotó los ojos como siempre y se juró llegar a la taberna cuanto antes.
Rllanes.
jueves, 9 de octubre de 2025
LA FIDELIDAD DE LOS OBJETOS
LA FIDELIDAD DE LOS OBJETOS