RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

lunes, 30 de enero de 2023

AYER


 
         AYER
 
Ayer llevabas el orgullo en las manos
y una rama de tiempo en las manos
y un canasto de satisfacción en las manos
y llevabas una mano en tus manos
y caminabas sin meta
con la seguridad de todas las esperanzas a tu alcance,
como si tú llevaras esperanzas al paisaje.
Ibas completa de razones para repartir,
el sentimiento te había otorgado buenos momentos
y fue tu  aliado de paseo y corazón
por el sendero inverosímil
que ayer pisaste sin entender
que todo el universo te observara.
Solo yo era el universo,
planeta escondido con aguijón de luces,
presagios y declaraciones;
yo era, ayer, quien hiciera contigo
la mañana menos gris y quien
diera riendas abiertas a los mejores recuerdos y al futuro.
Ayer no fue como siempre,
estuvimos juntos toda la eternidad
que dura una mirada,
tierra querida.
Ramón Llanes

domingo, 29 de enero de 2023

ODA ÍNTIMA AL CAMPO


 ODA ÍNTIMA AL CAMPO


Déjame ocuparte el espacio dócil
que cubre tu conciencia
porque de ti nace la rosa,
déjame volarte un rato de ocaso
en la lontananza del estío
porque de ti sueña la tierra,
déjame estrenarte las pisadas
que te sostienen la piel
porque tuyas son las huellas,
déjame que ande tus viñedos
en complacencia mística
porque de ti se hace ebrio el vino,
déjame cuidarte los barrancos
que te bañan las melancolías
porque tuyas son la sed y la tristeza,
déjame buscarte un hueco en la sombra
del olmo que preside tu puerta
porque tuyos los olores y los abismos,
déjame que me quede contigo
sembrado en esta luz que ciega
porque tuya es la soledad de las piedras,
déjame amarte con pasiones
de hombre y rito de verdades
porque por ti amanece y llueve,
déjame en las manos un trozo
de tu efigie eterna de campo
porque tú eres el dios de los pobres.

Ramón Llanes.

QUÉ INTERESANTE

 QUÉ INTERESANTE

Cualquier movida de desorden, ajetreo, zozobra o perversión nos atrae; el ser humano se siente imantado por estas maneras de sucederse la vida, más que una fiesta disfrutamos con un conflicto y nos resulta interesante saber de entresijos y discordias y buceamos para enterarnos de todas las suciedades de los demás, nos produce satisfacción saberlo y más aun, contarlo. Así está configurado este andamiaje que por tal causa quizá se mueva tanto y tantas veces se caiga.
Debe producir el morbo una adrenalina de máximo placer capaz de hostigar miedos internos, timidez o fantasías porque el alcahuetismo acaba siempre en la punta de la lengua, no genera pensamientos, no resuelve debates y se difumina como un humo amorfo dejando en sus adeptos desconsideraciones y desarmonías sin capacidad para llegar a discernir sobre lo correcto o lo ético; algo tendrá la morbosidad para ser tan interesante entre los humanos.
Ramón Llanes

jueves, 26 de enero de 2023

ENTENDIENDO AL OCASO


 
ENTENDIENDO AL OCASO
 
 
De esos atardeceres
sometidos a un tiempo
surgen los límpidos ocasos,
de esos que remedian no se sabe cuántas locuras.
Mirábamos el sol
correr por las llanuras de la mar,
aterido de cansancio,
sin prisa ni ganas de llegada,
sin agonía escrita ni parsimonia flemática;
mirábamos las últimas tendencias de la tarde,
eran miradas de culto
que no emitían más que sorpresas de admiración
por tanta belleza
y mirábamos los minúsculos riscos de la playa
defenderse de la primera oscuridad
y hasta nos mirábamos nosotros
desde el placer.
 
Ramón Llanes

miércoles, 25 de enero de 2023

LA PAZ DE MIS CUADERNOS

 LA PAZ DE MIS CUADERNOS

De niño toda la paz estaba en mis cuadernos, de ahí trasladaba el ideario a los juegos en el patio y a las andanzas por los terrenos irregulares de mi ámbito de vida. Yo soñaba en los cuadernos cómo divertirme en el aire, inventaba tormentas sin agua, lluvias racheadas, vientos bajos, escorrentías y camionetas de madera para poder ser un niño igual a los niños que sabían divertirse con la nada; pasaba en el charco horas y horas intentando capturar libélulas rojas para incrustarles yerbas secas en las alas y volverlas a soltar a sabiendas de su imposible vuelo. Allí estaba, cerca de mi mano y de mi ansia, todo el universo que me hacía falta para mi felicidad. Y llegué a pensar que la felicidad también era la paz.
En aquellos cuadernos de rayas dejé la paz, no volví a verla, se perdió; luego de mi edad primera comencé a mirar por la rendija de los horizontes y solo veía niebla, humo, lejanía, y ya no podía perseguir libélulas rojas ni soñar con la tormenta sin agua, ni siquiera hacerme pandorgas de papel o boliches de barro; lo encontrado en la vida después de los cuadernos nada se parecía a la paz y entonces me asusté y rompí todos los cuadernos y ahora colecciono hojas en blanco, diseño boletines meteorológicos para continuar con el juego de las lluvias racheadas y los vientos bajos pero no consigo la paz.
Me he perdido sin darme cuenta en una mirada, he comenzado a amar apasionadamente y me he encontrado con la misma paz que perdí en los cuadernos, solo que ahora soñamos dos y jugamos juntos a volar, a meternos en las tormentas y a ser libélulas rojas.

Ramón Llanes.

martes, 24 de enero de 2023

RECUERDOS


 

MAR DE AROMOS


 

DOS.

 Dos.-

Con miedo de honor
apuntan los soldados
su insidia
en las letrinas
de la batalla
por merecer dos minutos
amables,
una soledad menos triste,
un ascenso
como premio
a la obediencia,
por matar sin odio
la culpa transitoria de los malvados.

Ramón Llanes. De Asomos del Miedo

lunes, 23 de enero de 2023

EN LOS AROMOS

 


EN LOS AROMOS.
 
 
 
En esta playa de aromos zumba el olor
como en tu cuerpo
y cada hueco de manos que me regalas
es como un premio.
En este campo de oros empuja el trance
como tus besos
y cada paso es una alhaja
de mis recuerdos.
En este sitio de piedras que me calienta
los sentimientos
le pongo nombre a las cosas
y a mis deseos.
En este mar de emociones que me apasiona
como lo nuestro
hay un sabor a ti tan importante
como un misterio.
Hay un lugar para nosotros
en los silencios.
 
 
 
Ramón Llanes

A VECES LAS CIUDADES SON TEMPLOS

 A VECES LAS CIUDADES SON TEMPLOS

 

Para explicar cómo es el silencio solemos referir un templo que es un lugar de culto y oración donde se duerme calladamente el ruido y se percibe la densidad de la calma en su más grata y extensa expresión. Un templo me pareció mi ciudad al poco de pasearla, olvidado de prisa, en la mañana del sábado donde surgían por doquier los humanos y sin embargo se masticaba curiosamente el silencio más profundo; hacía frío, las personas andaban de uno a otro lado, cada cual llevaba su bolsa, su sombrero, su abrigo, su mirada y su silencio. Y me encantó observarlo y me pareció un templo y me alegré de comprobar que a veces en las ciudades se cultiva el silencio y sobran las palabras.

 

            Ramón Llanes 

domingo, 22 de enero de 2023

EL LÍRICO INFINITO.


 

QUÉ HACER CONTRA LA GUERRA

 QUÉ HACER CONTRA LA GUERRA

 

Nos hemos preguntado en la intimidad -tú y yo- qué podemos hacer nosotros para detener la guerra, si poseemos leyes que nos amparen para saber evitarla, si las comunidades civilizadas han asegurado nuestra Paz, si existen resortes jurídicos de valor para oponernos a ella y hacer valer  nuestros derechos. Pues parece que estamos en una especie de limbo impeditivo rodeados de incertidumbres y expuestos a los arrebatos de la locura de los gobernantes y que si el de turno se salta lo acordado en los convenios internacionales y ataca con la desmesura de la invasión goza de impunidad total salvo que los llamados aliados inicien una guerra mundial contra la nación que la provoca, y eso tampoco tiene admisión legal.

Nosotros, en nuestro pequeño ámbito ciudadano, podemos gritar, escribir frases llamativas, manifestarnos o guardar minutos de silencio por las víctimas y todo eso será bueno pero nunca llegará a los oídos del ruso Putín que es quien se olvidó de las normas, nunca nos tendrán en cuenta para asumir que la Paz es un derecho universal indeleble e inalterable. Lo que sí podemos hacer a estos necesarios efectos es exigir que quienes deseen ser candidatos a elecciones para ocupar el poder manifiesten a priori su antibelicismo. Aunque una guerra no podría ocurrir si se dejaran de fabricar tanques, misiles, armamentos y conciencias malvadas.

 

                Ramón Llanes 

MISIÓN REBELDÍA

 MISIÓN: REBELDÍA
 
 
         Por el apego que le tenemos a la vida,
         por lo mucho soñado y renunciado para llegar hasta aquí,
         por quienes se quedaron estáticos y sin voz en el camino,
         por  el daño irreparable que nos hacen los partidos políticos,
         por todo cuanto nos adroctrinaron sin pedirlo,
         por los sustos que dejan en el cuerpo los ruidos de las guerras,
         por la incapacidad de los gobernantes para diseñar mejor la dignidad,
         por quienes se esconden en la injusticia para ser injustos,
         por quienes solo están interesados en el poder,
         por el dolor tan inmenso ocasionado al espíritu noble de este país sin culpas,
         por los miserables que juegan a dejar cada día a uno nuevo en la miseria,
         por la permisividad de nuestro sistema contra las abundantes corruptelas,
         porque muchos nunca se atrevieron a intentar cambiar el guión impuesto,
         porque cada día es un desaliento peor,
         porque no es necesario prohibir,
         porque siguen colocados tanques represores en las esquinas de nuestra convivencia.
        
         Refiero rebeldía, capacidad de sueños, puestas en valor de todas las utopías,
         para cribar la desesperanza y conseguir mejorar el sitio de vivir,
         para destrozarles los esquemas a estas consignas del radical capital que solo aprieta,
         para volver al tiempo de la dignidad no empañada,
         para amanecer y amanecer y amanecer hasta que se nos canse el alma de tanta luz.
 
 
                        RAMÓN LLANES   

AROMOS


 

CON MATICES

 
CON  MATICES
 
 
En el sobrenombre dios es diablo,
el verso una prosa,
la palabra un silencio cantado,
yo soy el eslabón perdido
o la nada inquieta.
El canto del sordomudo
se expresa con intención,
se oye con matices.
Amar pertenece a la pérdida
de la conciencia,
todo, en el sobrenombre, es inexacto.
El tiempo un comodín,
el duelo un cansancio,
la pena un desacuerdo,
la flor una pausa,
la mirada una eternidad,
la paz un muñón del pensamiento.
No entra la duda
cuando es lo único exacto
en el sobrenombre de existir
y se dispersa el certero deber
de seguir buscando,
acaso en el dolor,
con matices.
Ramón Llanes

viernes, 20 de enero de 2023

FANDANGO

 


AÚN SOMOS UN SUEÑO

             AÚN SOMOS UN SUEÑO

 

 

            Se nos echó el tiempo encima de manera inimaginable, ya no somos aquel proyecto de la inquietud pero hemos acaparado todas las utopías como si sólo hubieran sido nuestras y nos quedan dos pozos de nostalgia y una memoria, mas no queremos renunciar a la posibilidad de alcanzar otro sueño. Aún somos un sueño.

            Qué hacer para no perderlo, es la idea; en la solariega senda se sigue divisando el infinito, no se rompió el horizonte para nosotros, sigue allí, atento a nuestra voluntad, intacto, limpio y fértil, como si fuéramos los “nuevos” que se acercan a agarrarlo. Y así, una página tú, otra ella, muchas entre todos, volvemos al fuego primigenio para comprobar que las miradas de los nuestros siguen activas y risueñas y juntos nos damos alas para enfrentarnos a nuestro próximo proyecto. Ya somos muchos, nos hemos cuidado las emociones, nos hemos comprometido a salvar dificultades y hemos creado la unión nueva para la complicidad de nuestra senectud, ahora que ya somos un poco más útiles para nosotros mismos.

            Estaré contigo, viviremos en una distinta luz que nos hará copiosa la iniciada singladura, seremos el grupo de amigos que desea compartir vida en los más amplios sentidos, seremos protagonistas de nuestro propio tiempo, sin urdir la mínima molestia, sin levantar la voz fuera de nuestro asunto, con facultad de sabernos dueños de la organización de nuestro tiempo con la mayor elegancia y envejeciendo juntos aprovechando los lazos de amistad y afecto.

 

            Ramón Llanes

jueves, 19 de enero de 2023

AROMOS DE THARSIS

 


AYER Y MAÑANA

 AYER  Y  MAÑANA.

 

         Me pregunto qué será del ayer vivido con intensidad y qué también del ayer maldito que trajo consecuencias nefastas a nuestra vida; a dónde irán las ilusiones no cumplidas y los deseos rotos, a dónde la fuerza que pusimos a las emociones y el amor que fuimos derramando; ¿quedará todo en un cajón sin fondo ni  constancia?, ¿ se irán los suspiros a un aire sin límite?, ¿algo tendrá eco y constituirá resorte o estela para la memoria?. No sé, no sé.

         Me pregunto qué idearemos para el mañana, para seguir superviviendo a los envites, para consolidar la estampa de creencias que fueron referencias concretas de nuestra misión; qué vestido le pondremos a nuestros huesos, qué cristal a nuestros ojos para que sigan mirando las cosas, los objetos, las personas; qué brillo le daremos a un cansancio o qué bálsamo a un sosiego, qué de buen  hacer seremos capaces de diseñar para ese mañana incierto y provocador que nos sopla el cuello, qué de miserable o generoso será nuestro corazón pasados los años y a la vista del futuro posible. No sé, no sé.

         Me conformo con ser un presente ajustado al troquel, una pieza más de la esperanza, una rosa en un jardín silvestre, una voz del silencio, un esqueleto sin autopsia. O me conformo con ser el pensamiento retorcido de un odio inolvidable, o un condenado a la reencarnación del lobo, o un preso con la condicional para toda la vida, o un imbécil que trata de convencer de su inteligencia, o un inteligente que se dedica a prostituir paisajes. Tampoco sé.

         Doy un paso en el presente y me encuentro en el mañana, recuerdo mis horas de niño y estoy en el ayer; ¿a quién pertenezco?. Si doy un grito rompo un silencio, si escribo me desnudo, si hago una foto inmortalizo un paisaje, si pienso creo una idea, si amo tengo emociones y si me voy certifico que estuve; ¿qué hago?.

         Quiero hacer una foto, escribir un poema, solicitar un paisaje para mi ventana, amar, seguir amando; todo sin romper el presente, sin alterar el ayer, sin molestar el mañana. Atentamente.

 

 

                                          Ramón Llanes

miércoles, 18 de enero de 2023

EXPRESAMENTE HUELVA


  
 
EXPRESAMENTE HUELVA.
 
 
Arribar desde la quilla con un trozo de brisa nueva,
esculpir con olas el calidoscopio azul del hombre,
la mar inmensa en las manos, el sonido tenue de la barca;
ha germinado la vid, verde es el tiempo que la distingue,
los pasos gregarios de mineros en la estirpe oculta de su verdad,
la luz azotando paisajes, el color alto y noble de la Sierra
sin adormecer la elegancia, la inaudita riqueza del baile
de folía que el Andévalo custodia, la sombra
de los pagos que reinan lindes sin frontera con la amada tierra vecina
que tanto dulzor aporta en convivencia,
la nostalgia de seguir descubriendo mundos cada día
con la aventura en la emoción,
el verso que presagia la identidad
en claridades recién nacidas, Juan Ramón en todo el espacio,
la majestuosidad de la mar pendiente de nosotros;
qué sabor descubre la sorpresa en su hito de marismas,
a qué mesa no llegará el oro rojo del fruto, la “sonanta” en plena lírica,
los sueños siempre inquietos, el estero que sabe pensar en Doñana,
los pueblos colgados y abiertos de alturas a campiñas, tan plácidos,
con las insignias del fandango, la confianza en la historia,
el gusto por patrimonio alimentario, el sentimiento
con el sutil apego a la dignidad, los hombres y las razones,
la voz del pregonero en tardes de adoración a credos primigenios
que los seres de siglos antecesores dejaran perpetuarse;
qué niño no sabe de minas, de orillas, de devociones, de atardeceres,
quién no se mancha de mar por el estío;
acaso todo sea empezar y acabar en el estuario de los ríosa
aquí donde se amplía el azulario del horizonte
y huele a vida; nadie rompa esta memoria,
nadie olvide que recitamos expresamente a Huelva.
 
 
         Ramón Llanes. 

DE CÁLCULOS

 

DE CÁLCULOS
 
 
Ajustar cada átomo
a la rueda del tiempo,
calentar el aire,
caminar.
Representar un circo
al final de la esquina,
colorear la tristeza,
reír.
Conservar la imaginación
en el círculo colectivo,
desterrar el odio,
amar.
 
 
Ramón Llanes. (de ÁMBITO SUR).

martes, 17 de enero de 2023

EL PARAGUAS

 EL PARAGUAS

Nunca he sabido perder un paraguas. Las ocasiones que me han propiciado el destino y el olvido son incontables; no me ha faltado el riesgo, he deambulado a diestro y siniestro por lugares diáfanos y por recovecos, me he sentado en bancos callejeros, he viajado, me he mecido por las distracciones de la voluntad a mi propio antojo, siempre con la intención funesta y subconsciente de perder el paraguas, y nada.
Mi paraguas marrón me lo regalaron una tarde de lluvia y aquella tarde dejó de llover de improviso; mi paraguas tiene el pedigrí de mis manos, mi olor inyectado, conoce las calles que ando, las paredes que miro, las caras de las gentes con las que me sostengo la vida. Mi paraguas lleva conmigo más tiempo que una eternidad y me conoce y sabe tratarme con delicadeza de objeto.
Sin embargo mi paraguas nunca se perdió, siempre me esperaba en la percha, con la soledad comprimida y el temor de una intención malévola, siempre me esperaba quieto, soñando tal vez que me vería llegar y temblaba de gozo a su manera; siempre ocupaba más la tristeza si el tiempo alargaba el descuido. Pero nunca perdí definitivamente mi paraguas, alguien me avisaba, otro alguien, en otra vez, me preguntaba si aquel paraguas me pertenecía, si lo había perdido y me lo entregaba, siempre ha vuelto a mis manos, con el mismo deseo, con su cabo fino como si fuera su piel, con la misma ternura.
Después del encuentro no recuerdo haberle recibido con algarabía ni que me produjera esa sensación humana de placer que se viene al latido de las tripas cuando algo perdido se recupera, ni recuerdo ahora cuántas son las veces que me encontró. El paraguas es una cosa demasiado insignificante, solo útil en pocas ocasiones -y menos en el Sur-, que produce cierta molestia su llevanza constante, que no posee una especial belleza para presumir con él. El mío, además, se dobla con facilidad y se guarda en un bolsillo.
Y me traigo esta reflexión ahora que vine escondiendo mi sequedad por los soportales de esta tarde húmeda y se me frustró la precaución hasta mojarme sin remedio. Eché de menos mi paraguas marrón, no pude tenerlo para que me salvara del tiempo, lo dejé donde no podía serme útil, en la percha dormida del zaguán color salmón, allí, esperándome, deseando que lo rescatara para cumplir con su deber. No sé perder un paraguas porque él no quiere.
RAMÓN LLANES

LAS COSAS DEL PATIO

 LAS COSAS DEL PATIO.

 

 

El patio se ha puesto tan hortera que ni los vecinos menos distinguidos acuden a las celebraciones de la comunidad; el jardín tiene ese color mustio que impone el invierno y las viudas del quinto parece que callan en el sueño del letargo. Apenas se oye gritar el niño del segundo que tiene prohibido jugar en la arena porque viene contaminada de excesos de un cloruro dañino que produce picazón y dolor de garganta. Un ególatra que reside por casualidad en el ático, acostumbra a tirar al patio colillas encendidas, produce repulsa e indica que desistirá de su actitud cuando obliguen a bajar la música a la novia del “guiri” que se expande en canciones la mañana completa entretenida en nada mientras acompaña a Rocío Jurado en sus constantes orquestaciones de coplerío. 

Lo demás es tan insignificante como que unos trabajan y cobran al final de todos los meses, otros se apuntaron al desempleo y cobran al final de todos los meses, la pensionista del cuarto no quiere oir de la arena prohibida y desea que le suban un poco más para poder seguir llegando al final de todos los meses; los padres del niño, que grita por no poder jugar en la arena, han comenzado también a gritar para que retiren la arena del patio; el ególatra grita solo por escucharse a sí mismo; la novia de las coplas grita desafinadamente y así hasta un interminable alegato de circunstancias que se suceden día sí y noche también en este complejo patio que padece, sufre, vive, disfruta y le pone una extraña salsa a la vida para sentirse orgullosos de tener una casa con un patio muy particular.

 

 

 

Ramón Llanes 

lunes, 16 de enero de 2023

MIS CÓMPLICES REYES

 

MIS CÓMPLICES REYES

 

                Hasta no importarme quiénes en verdad eran los reyes ha tenido que pasar por mi vida toda una eternidad. Ahora no me importa quién lleve corona, quién ostente privilegios, quién me traiga regalos ni me importa quién se suba a la carroza de mis sueños a observarme cómo me hago feliz esperándoles. Los reyes, mis escogidos reyes, son mis cómplices en esto de tutear al universo y me permiten hablar o gritar a mi gusto porque forman parte esencial de mis entretelas emocionales y nos tratamos con un desmesurado afecto y con el magnífico respeto con que se tratan los dioses. Somos cómplices en la aventura de los sentimientos.

            Mis reyes están en mi oriente y están en mi poniente; están en mis manos, están cerca de mis ojos, se tienden a mi sol, anochecen conmigo, buscan y encuentran los mismos afectos que a mí me precisan; mis reyes cómplices son de hueso y saliva, de coraje y voluntad, de tripas y alma; mis reyes me tienen y a mis reyes tengo.

            Apenas un rato atrás estuve con uno de ellos, ahora quizá escriba para otro, anoche cenamos juntos, reyes y yo; mañana veré a mis reyes de hueso trenzarme sonrisas, pronunciarme miradas y tocarme los besos. Así, desde siempre, desde que supe y conocí de su espacio, desde que la razón me condujo al corazón, desde entonces me codeo con reyes de verdad que son tan perfectos que saben llorar y sufren y se desaniman y se duermen.

            No es un secreto, todos los míos saben que aliento esta debilidad por la realeza, saben que me muevo en la indigencia con ellos y que escucho música con ellos, que desayuno miel o manteca con ellos, que muero con ellos y resucito con ellos, que me sorprendo con ellos. No es un secreto, los míos lo saben, como lo sabes tú, desde ahora.

 

            Ramón Llanes. 

EXTRAÑOS EN EL PRESENTE

 EXTRAÑOS EN EL PRESENTE

 

 

         A veces, divagando, quitamos las barreras del tiempo para imaginar cómo se acomodaría a nuestro presente cualquier antepasado extraño que apareciera de pronto en la esfera actual, ésta suministrada por cables, células fotovoltáicas, redes, telefonía móvil y mil inventos más al uso de la evolución que soporta nuestra manera de convivir y a la que estamos compelidos sin remedio.

         Si alguien anterior se asomara, quedaría tan sorprendido de los avances hasta serle difícil o imposible entenderlos. Le explicaríamos con ardor las velocidades que alcanzan los aviones, el progreso con respecto al conocimiento del espacio, las técnicas científicas de los trasplantes de órganos, la versatilidad alcanzada en las comunicaciones; explicaríamos, como si le estuviéramos enseñando otro mundo distinto de aquel en el que vivió, la tecnología industrial, los avanzados progresos sobre inseminación artificial, la praxis tan fundamental

en el desarrollo de la vida; le explicaríamos tantas cosas, tantas cosas nuevas para él, desconocidas en su existencia y que hoy son claves para el desenvolvimiento de la sociedad. Se caería del susto. Todo esto no era previsible.

         Nuestro antepasado, de hace dos siglos atrás, por ejemplo, se encontraría un mundo perfecto, le parecería estar imaginando aquello que no le fue posible soñar, alabaría los sistemas, los logros, la sabiduría de esta actual civilización con tantos adelantos. Y pensaría en la infinidad de comodidades propiciadas por la investigación. Y desearía haberla podido vivir.

         Acaso, antes de volver a desaparecer, preguntara si acabaron las guerras, si dejó de existir el odio, si se avanzó también en equilibrar las desigualdades sociales, si se acabó el hambre; y acaso preguntara si los seres humanos de esta primorosa civilización habían alcanzado la felicidad. Nuestras negativas respuestas le dejarían aún más atónito y le alimentarían las ganas de volver a su  refugio, olvidando este cuento.

 

 

         RAMÓN LLANES 

domingo, 15 de enero de 2023

EL PECADO

 EL PECADO.

Don Juan José se desvistió precipitadamente de la casulla roja y sin realizar la genuflexión ante el altar, como era costumbre en los ritos eclesiásticos, corrió hacia la puerta de entrada de la nueva iglesia, aún con feligreses en su interior, perdiéndose en el llano tosco que rodeaba el recinto sagrado donde Mariano intentaba perderse del acecho intuitivo del cura, sin poder huir más de lo previsto en un niño de ocho años. Don Juan José tenía unas enormes piernas largas, un cuerpo atlético y, sobre todo, una desorientada pulcritud que le dió alas en aquella aventura de cazar al niño una vez terminada la misa de la tarde.
Y Mariano cayó en las manos blancas del párroco, llevado al confesionario por obligación, ante la sorpresa de las beatas y confesado y perdonado de todos los pecados que le cabían en su conducta. Tres padrenuestro, el avemaría de rigor, el arrodillado ante la imagen de la virgen de Fátima y dos lágrimas y media para despistar fueron la condena católica al pobre niño Mariano, famélico y travieso más por devoción que por edad.
En la misa de tarde los monaguillos no cortaban la armonía de sus juegos por la preparación de los corporales o las vinajeras y seguían ritmo de travesuras, mientras Don Juan José rezaba en su breviario negro escrupulosamente manoseado y no reparaba en los entresijos de la sacristía; cuando este llegaba para iniciar la vestimenta los monaguillos escondían la risa y el murmullo presentando la cortesía propia del momento, dado el carácter irascible del cura en las cuestiones del orden y la disciplina en torno al altar. El templo era lugar de reverencia y adoración a Dios, lugar sagrado, lugar de silencio, -solía decir-.
Las tardes de mayo, largas y sabrosas en correrías para los niños, permitían algún desliz de escondite antes de comer, después de la misa. Para ellos todo era rapidez y desasosiego, querían salir a la tarde a enfrascarse en ella y acabarla, les importaban poco la ración mística, los latines y los sermones, estaban allí por prescripción paterna y había que cumplir el expediente de la forma menos llamativa, que don Juan José era generoso pero tendente al enfado con mucha facilidad.
Finalizada la misa de aquella tarde de mayo los monaguillos advirtieron al cura que Mariano comulgó sin confesar. Pensó Mariano que el pecado era también una continuación de los juegos de la tarde.

Ramón Llanes.

NUEVO DÍA

 

NUEVO DÍA

 

 

            Al pisar la calle, aún con su regusto a noche, me agobia muchas veces la sensación de saber con seguridad si soy merecedor del nuevo día, de esa inmensa prominencia de luz que me está enriqueciendo la melodía de vivir; al sentir el primer hilo de frío en los mentones tengo la costumbre de aliarme con tal placer, olvidando de cuantos inconvenientes me van a deparar la crecida de los intereses, el discurso absurdo del político absurdo de turno, el malestar que veré en las miradas sin miradas de los seres desocupados, la falta de voluntad incluso en los voluntariosos, la felicidad que no germina en las personas de mi entorno y las miles de locuras que se suceden a cada paso, como si estas fueran la más natural manera de comportamiento; pero me olvido del tiempo que me falta para empezar a olvidar mi memoria y me pongo el traje de nuevo día como si me colocara el uniforme del paraíso y todo me empezara a girar a mis solas órdenes.

            Son las primeras horas, aún con la escotilla del pensamiento semicerrada, y se anuncian desencantos a modo humano; un desalivio por aquí, un malentendido al uso, un reproche inservible que daña, un sinadiós inesperado, nubes de desconsuelo que han bajado -sin permiso- hasta interioridades reservadas. Despropósitos que el nuevo día va sumando a la agenda mecánica del alma y ordena en los pardos colores del deber.

            Y así, hasta que la tarde se involucra en frescura y aparecen signos positivos- a costa de no ver el telediario del mediodía- y se convierte, por sí misma, en un tono menos ácido y más soportable. Los desniveles no acabaron de desequilibrar el contenido empírico que llevo tan adentro y a estas horas aún respiro sin cansancio, medito lo que falta por hacer y pongo los pasos prestos a continuar la jornada.

            Acaso me dé por dedicarme a fortalecerme en la intemperie de la selva que habito, donde curiosamente no existen enemigos concretos. Hay un significado científico o causal que me imprime una reflexión sobre la pérdida del adversario y no le encuentro razón ni fundamento. Me ocurre que todos me parecen mis enemigos y, en la distancia corta, todos son mis amigos. Y tampoco llego a la conclusión de saber si es mi obligación buscarme enemigos.

            De vuelta a casa, anocheciendo las fuerzas, intento descongelar el primer pensamiento del día y me quedo atónito al no tener conciencia exacta sobre si merecí el nuevo día que la inercia del universo me había ofrecido. Y me sofoco, solo a medias.

 

 

 

Ramón Llanes.

LA MITAD DEL RECUERDO

 


LA MITAD DEL RECUERDO

Poemario de Juan Carlos de Lara.

 

 

Leer este poemario engorda el alma. Tiene lo idóneo del recuerdo y lo grato del olvido, mantiene el entorno de la emoción como si hubiera ocurrido ahora, es fiel a la manera más pura de escribir, habla de sí mismo y de sus almacenes de sentimientos, se desnuda el poeta, no se limita a una ortodoxia clásica porque la cuida e inventa otra. Parece mentira que en nuestra tierra se pueda seguir expresando tan genuinamente bien la vida. Me quito el sombrero, amigo Juan Carlos, cuidaremos siempre tus versos.

 

                Ramón Llanes. Huelva 15 enero 2023.

COSAS DE HUELVA PARA LLEVAR A FITUR

 COSAS DE HUELVA PARA LLEVAR A FITUR


Estos eventos de la Feria Internacional del Turismo tienen sus sobresaltos. En otras ocasiones hubo exuberancia del yantar y del dormir siguiendo el estereotipo al uso del acontecimiento. A Madrid les parecerían los huelvanos jeques dadivosos de un quinto mundo quienes llegaran con alforjas repletas de jamón, gambas, aceite, fresas, vino y otras delicadezas, allende las fronteras del centro, de este sur insólito. Nos representaron allá sonrisas a copa y manjar, encorbatados escogidos, ofreciendo el deber del ministerio de enseñar las posesiones de una tierra lejana. El panorama de la ceremonia era publicitariamente casi perfecto sino fuera por los olvidos que desde acá observamos.
Nuestra Huelva es algo más, infinitamente más, que yantar y dormir. Es literatura, poesía, hospitalidad, cordialidad, calidad de vida, museo, monumento, desparpajo; es Sierra, Andévalo, Costa, folclore ancestral, historia, devoción, cofradía, luz, cante, alegría, puerto, paisaje, contraste, cordero, ría, estuario, marineros, sensibilidad, hedonismo, atardeceres, mar, placer, espíritu…Mil cosas más que deben ir a Madrid en honor a nuestra identidad.
Y sugiero para este año que lleven una pintura de Seisdedos, Oliva, Morano, Aguilera, Castro, Domingo Franco, Labrador, Vázquez Diaz; y que lleven libros de autores de aquí, poemas de Juan Ramón, de Arcensio, de Cobos Wilkins, de Guzmán, de Odón Betanzos o algún estudio etnográfico de Garrido Palacios o la voz en música de Pepe Roca o las composiciones de Juan Carlos Romero o un pergamino de Paco Llonís. Y ya de paso que insistan con lo del AVE.

Ramón Llanes. Enero 2023.

sábado, 14 de enero de 2023

QUÉ SERÁ PROGRESAR

 QUÉ SERÁ PROGRESAR

 

Progresar debe ser una entelequia, una incógnita indescifrable o la asignatura pendiente del mundo; nadie tiene las ideas claras sobre el asunto porque no para todos progresar es la misma cosa; unos entienden el progreso como la colocación de farolas y jardines, los del partido contrario lo entienden como apagar las luces, otro grupo lo entiende como vestir bien y comer poco, los del partido gremial solo piensan en progreso para defender sus propios intereses, los futboleros creen que progreso es un gol de su equipo; y luego están los otros, los que no aceptan el progreso ni se apuran ni se asustan ni se callan, esos que dan la lata por darla, simplemente por molestar a los demás, van en contra de todas las corrientes e incluso por pura soberbia van en contra de sí mismos (es un extraño juego pero ellos no alcanzan más y solo les importa que suene y se comente); otros se posicionan en discutir del todo de todo, de la claridad de las ideas, del color del florero, del precio de las mascarillas, de lo que otros digan para tener motivo de contradicción. Si el aire no aguantara las palabras malsonantes ni las mentiras y las devolviera convertidas en piedras se hubiera acabado el circo pero el aire y el papel son meros esclavos de la estulticia de los otros y aguantan lo que se les eche, por desgracia.

Por si no lo entendió permítame comentarle que al digno arte de progresar le impide su fácil desarrollo la funesta manera de politiquear.

 

                Ramón Llanes

jueves, 12 de enero de 2023

EL SILENCIO DE LÓPEZ

 EL  SILENCIO  DE LÓPEZ

 

 

         Nos encontramos, López y yo, en una estación de trenes, de esas que recogen veinte viajeros por jornada, cuando apenas habían asomado los primeros reflejos del ...itanto de diciembre, allá cada cual con la premura de partir; íbamos pocos y en silencio. Ninguno imaginó el deseo de conversación del otro y, sin apenas un saludo, López guiñó su luz para los demás y se echó apasionadamente, creo, al libro. Leía a Espronceda. Me extrañó, López era de ciencias y no habituaba a mear sesera en clásicos; López era rígido, exacto, lógico, pragmático, justo todo lo contrario que Espronceda. Los demás pasajeros de este vagón (dos más), nos entreteníamos en el paisaje recién iluminado de la mañana.

         El tren rugía levemente a los raíles en su ritual sin prisas, los frenos sonaban a un compás de alardes y López permanecía quieto como si la velocidad no fuera con él, como si hubiera vaciado su agonía antes de partir. López estaba inmóvil, tosco, sereno, parco en gestos y en movimientos. Su actitud había impuesto al vagón un halo de serenidad, nadie se atrevió a pronunciar palabra y ni acaso, sonrisa. La estancia contenía la severidad de lo trascendente mientras la parsimonia del tren ponía el único resquicio de sonido.

         El final del trayecto hizo que volviéramos a la realidad. López cerró a Espronceda, el tren amansó su fiereza, los dos compañeros del vagón trajinaron con bultos y maletas, el día había comenzado a hervir, la estación también hervía de gentío y todo se convirtió de repente en un bullicio deseado. Me acerqué a López para despedirme y poco más que “sobran las palabras”, me dijo.

         A López no he vuelto a verlo, el tren no he vuelto a pisarlo pero aún me traigo a la memoria, en días parecidos, esa sensación vivida de caminar en busca de destino, en silencio.

 

 

         Ramón Llanes

miércoles, 11 de enero de 2023

SE BUSCA

                                        SE BUSCA

 

         Jardín con palmera alta, buganvilia, enredadera a media pared, dama de noche y frescor, se busca. Calle vieja con bufón, alpendes de lavadero, lajero y tiestos de regar, se busca. Se buscan merendero afirmado a la coloración de la tarde y horizonte sin hacer, se buscan ocasiones para los verbos inutilizados, las frases perdidas y los largos epílogos y caras arrugadas y compañías y bancos con azulejos amarillos donde entretener los sopapos del ocio ganado. Se buscan mecedoras de rejillas, mujeres prendadas en el ganchillo a la puerta del verano y gorras de pana colgadas en el perchero del salón.

         Se busca teatro amenizador de niños con títeres y payasos, se buscan templete de plaza de pueblo, banda de música, acólitos para la misa de siete y media, santero, comilón y sorchantre . Se busca romántico apostillando versos al amor, se busca musa de poeta, se busca enagua con remates de cortadillo, se busca fuente de agua sin bozal, se busca libro de sonetos de Góngora sin abrir, se busca herrador. Se buscan pócimas de viento, aleros de carretas, folías, pan aceitoso, mujer sin ganas de playa, carpinteros y cedal.

         Se buscan el tiempo y el mecenas, la cripta y el saludo, los zahoríes y las rameras; se buscan canas y sosiegos, se buscan fantasías y alivios, tradiciones y paneras, tonás y cascabeles. Se busca espacio. Se busca rémora de antaños. Se buscan costumbres y recuerdos. Se buscan preces de guardar, ermitaños, golondrinas y malecones. Se buscan propósitos de enmienda, ensaladas de orégano, caldos de puchero, sopas de pan y dulces de convento.

         Se busca sed de luminarias, se buscan destierros de lujurias, se busca lámina blanca, disco rayado de los sesenta, se buscan caldos del condado, espartos se buscan y sartenes y romanas.

Se busca un sitio para untar agrados, poner turbante de concordia, formar palacio sin cornucopias, establecer semblanzas de todas las razones encontradas, casar uniones, consensuar las actitudes y enmarcarlo para quienes se hayan apuntado a la búsqueda descrita que solo se suman para puntuar mejor en la paz.

         Se busca al hombre y a la paz.

 

 

                                              Ramón Llanes 

martes, 10 de enero de 2023

ME GUSTA

 
ME GUSTA
 
Llamar a tu puerta en la amanecida,
hacerme cómplice de los silencios,
empeñar mis ideas en favor del mundo,
deliberar contigo,
tragarme los desencantos,
crecerme en el castigo,
reírnos de nosotros,
tropezar en la oscuridad con una guitarra,
desmontar del caballo,
cantar durante mil horas seguidas,
provocar los abrazos,
deshilar la madeja de  mi memoria,
recordar a mis padres,
escribirle poemas a la vida,
pinchar globos,
compaginar el amor con el respeto,
disimular que estoy en una nube,
pronosticar la lluvia,
esconderme en la niebla,
escuchar la canción del agua,
vivir,
me gusta.
 
Ramón Llanes