RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

sábado, 30 de junio de 2018

THARSIS CORTAS. PAISAJE.


THARSIS CORTAS. PAISAJES


GUADIANA




Orta Martín, Eladio.
Ayamonte.

GUADIANA



río guadiana:

calle principal de dos pueblos
hermanados por el lenguaje de la cal

alcoutim y sanlúcar de guadiana.


De la Antología HUELVA ES VERSO.

jueves, 28 de junio de 2018

DE PORTUGAL A HUELVA. (Pedro Tavares)


Oliveira Tavares, Pedro.
Angola.
DE PORTUGAL A HUELVA

(Tatuagem / Pele)
O sol e a tua pele movem-se nas planícies dos meus olhos.
Trazem, ambos, a tatuagem que compõe a tarde.
Carinhosa. Rosa. É a tarde a florir nos teus lábios, numa dimensão infinita.
Já feita sol quente, nos passos que sempre nascem, a tua tatuagem grita.
Caminho em Huelva. Não sou de Huelva, mas este é o caminhar de alguém que sente que é de Huelva. Respiro na Avenida de Portugal, em Huelva. E muito para além dos nomes das ruas e das cidades, somos nós, património humano desde que nascemos que fazemos todos os lugares. Sinto-o desde a primeira vez que te vi a ler Saramago na biblioteca provincial.
A tua tatuagem grita…
Grita na pele que esconde enigmas atrás dos elementos que se unem. A avenida e o teu brilho misturam-se atrevidamente no meu horizonte. Trazes aroma e levas a travessia dos estames do mundo. Insonorizada. Calada… no mistério das letras esculpidas no território pensado e tatuado no teu corpo leve.
Em ti tudo faz sentido, nada é aleatório.
Em ti… os pés ainda calcam as folhas secas que estalam como o meu Outono na tua pele.
No entanto, sei que és Primavera e fico só a admirar-te. Na leveza que transportas pela rua. E à leveza primaveril, juntas, ainda, o fogo veraneante. Não desafio o meu instinto. O Outono habitou-me. Sou feliz assim e sei que és feliz como és, assim… também. E se não for felicidade, será outra sensação que nos habitou e à qual nos acomodamos. Não temos que ser iguais só porque calcamos a mesma rua...(estala o flamenco no fado da tua tatuagem) .

De la Antología HUELVA ES VERSO.















miércoles, 27 de junio de 2018

CANTO A La Paz DESDE LA PLAYA



CANTO A LA PAZ DESDE LA PLAYA




Un grito de mar por la Paz rota, 
un recuerdo para quienes se mueren en las orillas
sin alcanzar los sueños,
una necesidad de buzo valiente para desahogar a los perdidos,
una arena blanca y fina como esta
para los pies cansados de quienes se juegan la vida en las pateras.
Un algo más de complicidad
con los hombres que trabajan por aniquilar las guerras,
un detalle onubense por la Paz de todos,
un cielo azul para todas las razas,
un compromiso constante de andar por casa
para ayudar a los menos favorecidos.
La Paz es un derecho
de todos los humanos,
una premisa imprescindible para la felicidad.
La paz somos tú y yo, si queremos.


Ramón Llanes.

EL REGALO

EL REGALO.

Un hombre y una mujer, descalzos por la arena, primer atardecer en la orilla de la mar deseada y nunca vista. Un hombre y una mujer, seres de tierra adentro, amor nacido en los horizontes altos, allá en la montaña, han descubierto la magnitud de la mar soñada. Ella, ojos de canela, hace hoy veintitrés que la nacieron; él cumple veinticinco también hoy. Han dejado sus manos acariciar el agua tan mansa, se recrean en la crecida de la tarde en un despampanante rojo de sur y cogidos al suelo por los pies desnudos se besan en parpadeos de salinidad, viviendo algo nuevo.
Elegirán luego un detalle en la tienda más próxima, rendirán cuentas al calendario en agradecimiento y brindarán como saben, con besos.
Y después del éxtasis de la mar, en la primera nota oscura de la noche, la mujer vistió de seda blanca su cuerpo ardiente, prendió de sus cabellos hojas de retama chillando el amarillo, guardó sus manos en su misterio y esperó con los labios ansiosos al amado.
El hombre, de rubio lacio, se entrenó a emociones, puso un canto tenor mientras calzaba zapatos de cumpleaños y vestido de enamorado asomó una flor de retama por el ojal de la solapa de su traje de mar. Se izó el cabello y abrió los labios a la amada. Se miraron , envolvieron las bocas en el regazo del beso, ampliaron la luz con la solemnidad del amor y se entregaron al deseo del regalo por aquella dicha.
En ambos estuches una caracola de mar y un “te quiero”.


Ramón Llanes.

DEDICADO A HUELVA



Neto Dos Santos, Manuel
Alcantarilha, (Silves), Portugal





DEDICADO A HUELVA

Miro, desde la parte superior, este oasis verde, 
esta torre de vigilancia donde vive el sueño hoy, 
como ayer, sin embargo, ahora
destella esperanza que nunca se perderá.
Al lado, la avenida es la vena cava
que conduce al corazón de la ciudad, 
el ajetreo y el bullicio agitado que me invade 
el alma campesina ..., dónde estaba la paz. 
Huelva, hirviendo de la poesía, 
tierra onubense, lenguaje lleno; 
hermandad de los versos que me enamora
de Huelva, esquina en plena luz del día. 
Un brillo en los ojos de mis amigos,
un fuerte abrazo, genuino; 
hacer poesía a este destino, 
sentar las bases de los temores más antiguos ... 

Aquí estamos "nosotros", unidos 
en la celebración de la palabra universal,
compartiendo aprecios humanos; 
El alma celebrada por los sentidos.

De la Antología HUELVA ES VERSO.

A MI TIERRA


Navarro Calero, Vanesa
Nerva.



A MI TIERRA

Me enamoraste con tu sangre rebelde,
con tu lucha valiente,
con tus rojos atardeceres
y me convertiste en tu guardiana, para siempre.
Me enamoraste de tu libertad,
de esa Villa que hoy se muere,
de esa Peña donde te entregué mi lealtad
y te robé los besos que pintaron en tu rostro,
tus ilustres nervenses.
Que yo me muero de celos 
y que mi alma por ti enloquece
cuando te bailo en mis desvelos
cuando defiendo lo que mereces. 
Que si no es por nuestro amor
¡Ay, Nerva!
Qué canalla eres.
No me sacio con tu arte,
no me canso de tu piel,
me embriagas con tu sangre, verde y roja, tan roja, a la vez,
que si no es por nuestro amor
¡Ay, Nerva!
¿Cómo sobreviviré?


De la Antología HUELVA ES VERSO.

martes, 26 de junio de 2018

HE VISTO

HE VISTO

Al salir de casa ví la mañana reluciente y las cosas en su sitio. Aquí la papelera, allá el árbol, más al sur los letreros de siempre, a la sombra las mesas, en las esquinas los coches, todo en el mismo orden que anoche las dejé, como si no hubiera pasado por ellos el tiempo. Me acerqué a la sorpresa cuando saludé a Carlos que, rozando ya los cincuenta y tantos, presentaba un aspecto de juventud tan llamativo como que me pareció que tenía treinta años menos; me encuentro con Lola con cara de niña, rubia, falda corta y con apariencia de no haber cumplido los treinta; luego me abrazo con Cinta que ayer tenía casi setenta y hoy no llega a los veinticinco. En cada paso notaba a las personas muy rejuvenecidas, todos habían perdido edad o le habían ganado la batalla al tiempo.
En principio me asusté y me dio por hacer extrañas elucubraciones sobre esta moda de Huelva de estar el personal como si se hubiera parado la vida hace treinta años. ¡Qué armonía, qué linda estampa, qué hermosura¡. Luego imaginé un arreglo de estética general o un cambio producido por las emociones e incluso por las bondades de nuestro clima y ahí me quedé, no quise averiguar la causa de tan bella sorpresa.
Cuando llegué a casa, de nuevo, -eufórico, risueño y estimulado- me miré al espejo y aprecié que el tiempo seguía su curso en mi epidermis y que lo visto en la calle pudo ser un tránsito amable de mi propia visión que en mí no se cumplía. 
Fue esa la locura de una mañana de junio cuando me encontré con todas las gentes de Huelva muchos años más jóvenes, menos yo, y me dio por reír sin volver a pensar si aquello fue verdad o ficción. En esa duda de felicidad me quedé tan contento.



Ramón Llanes. Huelva 26 junio 2018.

lunes, 25 de junio de 2018

RESPUESTAS

Respuestas


Ha venido el emisario a traer la encuesta, a preguntar por la vida, a ocuparse de nosotros, a llevarse una respuesta en el cuaderno para sus apuntes. Ha querido preguntar por el timbre roto, por la pared caída, por el silencio, y nadie ha consentido emitir una respuesta. Preguntó por las horas de descanso, por los hijos que están inscritos en el libro de familia, por la estufa apagada, por el tendedero, y callaron los asistentes como si se tratara de una trampa contra ellos. Quiso preguntar por el salario de cada mes, por la hipoteca vencida, por los papeles del coche, por la ansiedad de los niños, por el desorden en la casa, por la limpieza de los cristales, por la religión que profesan, por los ídolos que tienen, por los sueños despiertos de cada día, y no fue capaz de hacerlo. Preguntó por la trivialidad en forma de test: la dieta mediterránea, la marca del reloj, los años de la abuela, el número favorito, la hora del almuerzo, y cada cual respondió al intruso con las mismas premisas de la encuesta: que de dónde venía, que para quién, que por qué, que cuándo, que su nom- bre, que su cargo, que su filiación deportiva.
El emisario era un hombre pequeño que nunca tuvo inquietudes ni aspiró a puesto de responsabilidad, hacía su trabajo, se montaba en su motocicleta, visitaba a su madre todos los días, llevaba afecto al hogar y se bebía de un sorbo la programación nocturna de la tele. No pensaba en ascender ni en tener más hijos ni en buscar una amante ni en escribir un poema, se limitaba a obedecer, sin preguntas y sin respuestas.
Todos los osados sin respuestas se asoman antes a la argucia para comprender mejor por qué se les tiene en cuenta para conocerlos; todos saben que cuando les preguntan les ofenden, que si responden se desnudan, que si se callan aciertan. Hartos de estar hartos, de furias, de anuncios, de voces, de acosos, hartos de la cosa pública, del amén privado, de la asistencia y del recelo, hartos de sí mismos, los hombres sin respuestas son la asamblea tácita, la mayoría.

Ramón Llanes. EL CAJÓN DEL SASTRE.

QUÉ INMENSA LA SIERRA TODA. (Juan A. Muñiz)

Muñiz González, Juan Antonio
Santa Ana la Real.




¡QUÉ INMENSA LA SIERRA TODA!

¡Qué inmensa la sierra toda!
Montañas, arroyos, valles,
valles, arroyos, montañas.
¡Qué cerca el agua y el cielo!

Arboledas, matorrales,
montes, tejados, la calma.
Gente que sueña, las nubes,
serenidad, las mañanas!

Un olor a chimeneas,
pureza de casas blancas.
El rocío, en los tejados,
la esperanza, en las gargantas.

El aire puro, la vida,
la inocencia sin espadas.
Los días pasan, se duermen,
se despiertan, se levantan.

El tiempo sigue su curso
del ayer hasta el mañana.
¡Qué inmensa la sierra toda,
toda la sierra, tu casa!


De la Antología HUELVA ES VERSO.

















QUÉ LEJOS, QUÉ CERCA

QUÉ LEJOS, QUÉ CERCA.


Qué lejos Palestina,
qué cerca mi desgana,
qué lejos queda Siria,
qué cerca mi desidia,
qué tierna la almohada,
qué de Irak me cuentan
qué de Yemen hablan,
qué lejos la India, 
qué lejos Birmania.
En Colombia conflictos,
la Paz, en mi casa,
con el dolor a cuestas
Afganistán se acaba
Argelia no levanta,
en el Chad, qué pena,
ya no queda agua,
en Pakistán no suenan
voces de esperanzas.
Y mueren en Nigeria,
en el Congo miseria,
y en Sudán las balas
son el alimento
de la vida diaria, 
que en Rusia se gana
se pierde en Somalia,
Tailandia y Turquía
a la Paz ultrajan
y en esa lejanía 
donde el hambre mata
ni la vieja Etiopía
del horror se salva, 
tampoco Filipinas
y menos Sri Lanka.
Qué lejos la guerra,
qué tranquila mi alma.



Ramón Llanes. 28 Febrero 2018.
Lectura en Parroquia de Belén 3 marzo 2018.



domingo, 24 de junio de 2018

UN HOMBRE CORRIENDO

Un hombre corriendo

Cruzaba con desorden las grecas del asfalto sorteando espacios y palomas, miraba recelosamente hacia atrás con apariencias de miedo, no se escondía de la atención de los curiosos, se paraba dos segundos y seguía su huída destrozando sin querer la paz de la plaza. Todos le pusieron cara de sorpresa, el hombre desnaturalizaba el lugar de juego de los niños y el paseo de los abuelos en una tarde de miércoles. Hasta que desapareció por la avenida con la misma intensidad que había llegado.
Tal vez nadie pensara el motivo del hombre para correr de tal manera y menos aún pensara alguien en el motivo de su miedo. Al verlo intenté adivinar su causa de desasosiego y se me vinieron multitud de ellas, todas las que caben en el pequeño tiempo que se usa para atravesar una plaza corriendo como un perseguido. Me pareció imposible que corriera por miedo a alguien o que hubiera robado en una de las tiendas del centro; tampoco que corriera por acudir a una cita o que hubiera olvidado algo en otro lugar. Daba la sensación que corría con despecho y supuse que lo hacía por no faltarse a sí mismo o por demostrarse que era capaz de superar las exigencias físicas de su estado pero no llevaba calzón ni chandal ni zapatillas ni actitud deportiva. Este hombre había surgido desde un rincón de un espacio lleno de personas que en nada le importaban.
A la tarde siguiente, mismo lugar, misma hora, ambiente idéntico, más o menos similitud en el bullicio y en el espacio, el hombre apareció taciturno, con las dos manos en los bolsillos, con mirada fija en un abstracto infinito, vestido a su edad; atravesó pausadamente la plaza sin ser atendido en extrañeza o miradas por quienes ayer se asustaran, se sentó en uno de los bancos, sacó un libro y se puso a leer, sin preocuparse por la terapia de los abuelos en las tardes de la ciudad ni ofrecer el más mínimo desatino o desorden en sus gestos. Era un hombre en calma en un jueves de otoño que apenas aparentaba tristeza, solo pasión por la lectura. Y nadie le miró y a nadie le destrozó su curiosidad.



RAMÓN LLANES. EL CAJÓN DEL SASTRE.

CUADERNO DE CAMPO. (M. MOYA)



Moya Escobar, Manuel
Fuenteheridos.


CUADERNO DE CAMPO * 

Fuente redonda
el sol se ha bebido
tu larga sombra.
(Arroyomolinos de León) *


En Los Madroñeros vi
el agua quieta en su fuente.
No se quería ir. (Los Madroñeros) *


Y en la veleta,
un río va por dentro
de las cigüeñas. (Hinojales) *


En el Puente el Infierno
perdí el pañuelo,
las aguas, niña,
me lo escondieron.
Bajé a buscarlo,
pero las aguas, niña,
se lo llevaron.
Yo qué quisiera,
que encontrar tu pañuelo
sobre la hierba. (Las Chinas) *


Los chopos de Los Romeros
apagan en la ribera
sus estandartes de fuego.
Dientes de perro
le crecen a los chopos
de Los Romeros.
En Primavera
los chopos de Los Romeros
al agua ondean.
Al sol rabúo
los chopos de Los Romeros
gimen a dúo. (Los Romeros) * 

De la Antología HUELVA ES VERSO.

jueves, 21 de junio de 2018

PAPELES


FANDANGO. VIVIR CONTIGO


NOCHE EN EL ROMPIDO. (Félix Morales).




Morales Prado, Félix
Punta Umbría.


NOCHE EN EL ROMPIDO

A la memoria de mi querido hijo, Félix Morales Santos, que tanto amó este paisaje.

Y se quedarán los pájaros cantando” (J.R.J.)

I
Desde hace cuatro años, el cerezo enrojeció, abril, sus flores. Se diría que refleja el crepúsculo. Un mirlo canta. Me trae mensajes tuyos o se me antoja así. El sol cae, fuego y suave, se resbala por el final óptico del mundo, ese símbolo que me resuena, dolor sordo, dentro. Bajo a la orilla. Nadie queda. Solamente esta luz que se apaga, mortecina, lamida por sí misma, que es noche en fin. Guiños de estrellas. Y la luna.

II
La luna besa el agua, los barcos bailan una danza suave con la música que inventa en sus amuras. Al otro lado de la ría, la flecha, negra, subraya, recta, el mar y él resplandece como un hilo de plata. Con la mirada triste la recorro. Frente a las luces casi oníricas, la silueta del viejo poblado almadrabero en ruinas emana un murmullo inaudible de historias que ocurrieron como todas y, como todas, ya no ocurrirán más. Ya nunca más. El cuervo. Poe. Heráclito. Una lágrima. Necesaria e inútil. Igual que la poesía. Veo la línea del cielo, desdibujada por el llanto, hermosa bajo el plenilunio. Oigo el rumor lejano de las olas que abrazan cenizas tan amadas. Quiero atrapar ese testigo, guardarlo en mi interior, guardarlo como se intenta guardar el verso que escapa en duermevela. Pero, repetido en una fuga que no cesa, es inasible. Desde la plaza llegan ecos del baile, de la orquesta, de risas de la gente, toda esa gente inmersa en la identidad, igual que tú, que yo, en el no tiempo... “todo / el mundo en su mundo. / El mundo en el de todos”, dijiste en los versos finales de uno de tus últimos poemas.
Tan aparentemente aquí, en un ahora que se va en cada ahora, marcharán, marcharemos. Y no es bueno ni malo, ¿verdad? Sólo lo finge.
Ya sopla el viento.
Está cambiando la marea.

De la Antología HUELVA ES VERSO.

SOLSTICIO DE VERANO

SOLSTICIO DE VERANO.


Ahora corre la sombra como yo quiero,
agitada y pobre,
quedándose sola en los días
y olvidándose, inquieta, del estero,
va loca la sombra por las solanas
quebrando luces
callando vientos,
el sol le pone rabia a las mañanas
y más corre la sombra
como yo quiero.


Ramón Llanes. 21 junio 2018.

HUELVA INSPIRA. (Cinta Mora).



Mora Olmedo, Cinta
Huelva.

HUELVA INSPIRA. 


Mi padre era pintor 
y buscaba paisajes con tesón.
Castillos, calles empinadas,
riachuelos y cañas.
Playas de cielo azul, 
mar y arena clara.
Aracena y su gruta de las Maravillas 
con salas de rocas y aguas que brillan.
Castaño del Robledo, Zufre y Fuenteheridos,
con bellos rincones de tiempos perdidos.
Valverde del Camino, 
bosques de fragancias y pinos.
Sanlúcar de Guadiana, 
balcones de flores en casas encaladas. 
Ahora miro sus pinturas y,
su esencia en ellos está plasmada. 


De la Antología HUELVA ES VERSO.

martes, 19 de junio de 2018

TAREAS DE VERANO

Tareas de Verano


Hay un proyecto común para el verano: el descanso; todo lo demás forma parte del núcleo, del ciclo o de la edad. Del núcleo por la necesidad que las circunstancias plantean que a veces son ineludibles de salvar, todo aquello de pintar la casa, ordenar el trastero, buscar novia, enamorarse, un sinfín de acicates de estío que claman a la voluntad y la convencen. El ciclo depende de la situación en la cual se encuentre cada uno, que si estabilizado, que si pendiente de un viaje, que si un trabajo, que si las deudas, otro sinfín de aconteceres que vienen a determinarnos las ideas y cambiar las formas. De la edad es sabido lo poco seductores que son los viajes, lo mal que se lleva el cuerpo en tardes de calor por esos mundos sin estar en casa, de lo malhumorado que se pone el personal cuando se requiere ocupar la noche para algo distinto del sueño.
Los proyectos no son empíricos y los resultados no se someten a criterio o examen de seres superiores para valorar las conductas; como seres libres, solo sometidos al vaivén de los caprichos y de la lista de deberes, existe un enorme margen de alteraciones e inventos de última hora que caben perfectamente en el juego de las hipótesis sin importar la edad, el núcleo o los ciclos; quienes escriben los proyectos tienen poder para cambiarlos, borrarlos o convertirlos en dilemas, en premisas, en sofismas o en trueque, todo vale para compensar el mal trago de la memoria, que siempre estará exigiendo el cumplimiento de lo establecido.
Los consejos se echan en saco roto y acaba el verano con la misma cara de rebelde que había comenzado, sin ordenar el armario, sin enamorarse, sin descansar lo suficiente y sin apenas haber logrado modificar las reglas ni los hábitos ya consolidados durante tiempo atrás. Animales de costumbre o simplemente poca gana de jaleo -dando a entender que dejarse llevar es costumbre y que cualquier movimiento es un jaleo-, para romper esquemas sin pudor. Un calco de nosotros mismos.


Ramón Llanes
13 Julio 2015

INTIMIDAD

INTIMIDAD


Míranos las manos,
mánchanos los pensamientos,
de luces las ideas, mar,
contagia de húmedo el hueco del deseo,
intenta
que seamos tus hados preferidos,
tus calenturas.


Ramón Llanes. De MAR IN VERSO.

DEDICADO A ARACENA (Juan B. Mojarro)


Mojarro García, Juan Bautista
Huelva.



DEDICADO A ARACENA


Corazón de la Sierra,
con tus ángeles en la cuesta,
castillo que la historia
mantiene y conserva.
Calles sinuosas
de apretadas piedras,
sol de los inviernos
en Aracena cerca.
Gruta de rebeldes manantiales
que permanentes se encuentran.
Aracena, reajuste
del pintor Franco
y musa del poeta.


De la Antología HUELVA ES VERSO.

lunes, 18 de junio de 2018

LA SIRENA. (Manuel Mayorga)



Mayorga Pérez, Manuel.
Nerva.
LA SIRENA




Estoy delante de una bocamina, 
antiguas voces parecen escaparse de sus galerías.
No puedo evitar estremecerme, oír como si estuvieran sucediendo
los estruendos de los barrenos y la sirena 
que coincidía con el cambio de relevo
y hacía que La Cañadilla y Marqués de Nerva 
fuesen por unos minutos un hervidero de personas.
En mi memoria existe aquella sirena con otro aullido 
que todos los que la oían descifraban su maldito mensaje. 
Su pitido hablaba de llantos y luto 
cuando el tono macabro navegaba por encima de los tejados.
En una galería, un barreno traicionero se había cobrado su tributo.
Las almas de la Cuenca Minera que, sin información precisa, 
se lanzaban hacia el Fielato.
¡Que no sea mi hijo, ni mi hermano, ni mi marido, ni mi padre...! 
Minutos que parecen horas hacen de la espera un infierno. 
Necesitan los nombres y apellidos 
para que la mayor parte dejase de llorar 
y otras comenzasen a servir de "paño de lágrimas". 
Abajo, a trescientos metros, en la galería veintiocho, 
un rictus de rebeldía contenida se graba en los enjutos rostros 
que comentan sin euforia: hoy nos hemos salvados. 
A cielo abierto también queda el grito ahogado 
por los imperativos de los que todo lo dominan.
Después, al llegar al hogar y en un tono monocorde comunicaban lo esencial 
y la coletilla otras muchas veces: hoy nos hemos librado, a ver mañana.
Más tarde, en casinos y zampuzos, a la vez que la media botella iba perdiendo 
su contenido, se aceleraban los gritos hasta la extenuación. 
Ahora entiendo que..., fueron condenados a una muerte 
tan mísera como la paga.


De la Antología HUELVA ES VERSO.















UN BARCO LLAMADO DIGNIDAD

UN BARCO LLAMADO DIGNIDAD


Las sociedades que se asientan como núcleos imprescindiblemente colectivos precisan del sentimiento de la solidaridad para desarrollarse en un equilibrio ético capaz de responder a todas las cuestiones que van a ser producto de demanda desde la ciudadanía; así se configura la estructura de los pueblos y así se avanza hacia el humanismo como el más perfecto de los sistemas de convivencia. Quienes ejercen el poder no deben olvidar este principio, ni siquiera en las confrontaciones políticas con sus adversarios.
Si la naturaleza careciera de capacidad solidaria no sería posible la existencia de los seres vivos; si los animales no fueran solidarios con los humanos en la ayuda, la estética o la implicación no podríamos componer nuestro sistema de vida; si el universo no prestara solidaridad seríamos algo menos que la nada. Si el ser humano no fuera solidario con la naturaleza, con los animales, con los astros, no seríamos posibles. Nos necesitamos, hasta puntos extremos nos necesitamos, somos humanos porque somos colectivos y podemos ser felices porque somos colectivos; cada cual aporta, todos poseemos un valor social para alcanzar las metas individuales y comunes. Es así de complicado y así de sencillo.
Recoger personas en estado de necesidad y traerlas a compartir con nosotros nuestra poca abundancia no es un gesto político de sentimentalismo para emocionar conciencias o llenar los vasos de plañideras de convento, no es un postureo socialista que pretenda enternecer a los más confusos, que estos hambrientos, angustiados, enfermos, con todos los sueños perdidos solo desean actitudes de solidaridad como así lo ha entendido el actual gobierno. Permítaseme que me sienta noblemente representado por quienes de tal manera ejercen su función, permítaseme que me enorgullezca de esta prueba de humanismo.


Ramón Llanes. 18 junio 2018.