RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

jueves, 18 de abril de 2024

LA VOZ DEL PREGONERO


 

LA VOZ DEL PREGONERO

 

 

Cuando se abran las puertas del templo la noche del Pregón parecerá que es el mismo cielo quien abre sus entrañas para escuchar otra verdad peñera que retumbará como trueno nuevo en el corazón de La Puebla; la danza es más pasional en ese momento, los pies de los Mayordomos han dejado la quietud allá abajo y caminan esplendorosamente nerviosos, arriba hay una gloria, un refugio para la oración, para el deseo, para la complicidad con la efeméride de la promesa; llegar hasta lo más alto supone alcanzar un sueño y la solemnidad estética de la iglesia espera impaciente la Voz del Pregonero.

        ¡Oídlo, prestad espiritualidad al mensaje, haced vuestro el rito de empezar a vivir un distinto culto! -dirán las abuelas-, ¡haced lo que él os diga! -dirá el oficiante- y entonces la grave voz del Pregonero sonará a profundidad en el más absoluto de los silencios; callará la noche y callará dios para entender cómo son los pasos en las palabras y cómo la liturgia de la alabanza lleva a seguir inventando mitificación al orden de los humanos para bien de la lealtad y del honor indescriptible de quien ocupe el atril del tiempo en esa finita soledad con que le premia la vida.

Esta vez subirá a esa grandeza un ser humano adscrito desde la nacencia al privilegio de pertenecer al grupo que la Madre Peña escoge para su corte de bienamados. Será Simón, un apóstol que cantará con fe la efusión aprendida. ¡Oíd la voz de la mina hecha en jirones de pasión!, ¡oíd los sobresaltos de una sangre joven alertada de esperanzas!, ¡oíd la palabra del Pregonero y parecerá que se abren las puertas de la luz para un siempre eternizado!.

        Y será como comenzar otra vez a compartir libertad de unión con todos los seres humanos de la tierra. Y el eco quedará arriba en la serenidad de la Madre, en la conciencia del pozo.

 

Ramón Llanes. abril 2024.

 

miércoles, 17 de abril de 2024

LOS CICLOS DE LA PEÑA

 


LOS CICLOS DE LA PEÑA

 

 

El carácter de los puebleños es indeleble y armonioso, los ciclos de la Puebla giran alrededor de la Peña y se convierten en posiciones infranqueables a pesar de las alteraciones de la sociedad. La Puebla es un TODO, un organigrama devocional con las jerarquías propias del sistema, que no ha tenido imposiciones y que es producto de un hacer de los años en las botas añejas de la experiencia y la capacidad.

         Y ese ciclo es el motor que mueve pasiones, interacciones, compromisos y servicialidad. Y ahora empieza a tener la vigencia exacta porque es su tiempo. Así, en la Peña, se confrontan y anudan todos los devenires, las proezas, los milagros y la fuerza, características notorias de este lugar tan especial.

         También por eso me gusta la Puebla.

 

 

                                               Ramón Llanes.

martes, 16 de abril de 2024

CONSUMIDORES COMEDIANTES

 CONSUMIDORES COMEDIANTES

 

Figuradamente unos aplauden, otros bailan; unos cantan, otros jalean; unos corren, otros observan; unos trabajan, otros miran; consumidores de la energía solo los que están en la onda activa, comediantes, todos; comediantes de la inercia, del desequilibrio, consumidores del derroche, del esbozo, de lo vendible; comediantes conscientes del papel con glosa última de interés general que culmina en un entretenimiento cuanto menos y cuanto más en un aporte escénico. En la consumación de los bienes consumibles se parte de posturas distintas, se trata de la posesión cuanto mejor o de la destrucción cuanto peor.

Los comediantes no representan la comedia de los demás ni siquiera la suya propia, ni todo es comedia en sí; la comedia pura es la figuración literal del consumismo, se dan las notas de desequilibrio, locura transitoria colectiva, ansiedad y manías. Y jamás cierra el telón, salvo excepciones. En los comediantes premia la pulcritud de un títere o drama que relega la vida a un segundo plano cuando el teatro es la realidad, ocurre que la comparación con los consumidores en semejante azogue escapa de cánones. Es que prosiga la idea de conspirar para que sea comedia consumida, comediantes de masas; para que se escinda el compromiso de seguir, figuradamente, contemplando el consumo desmedido como la peor de las reales comedias de la historia.

 

 

 

Ramón Llanes

lunes, 15 de abril de 2024

CUANDO LLEGA ABRIL

 

CUANDO LLEGA ABRIL.

 

A todos mis amigos que han trazado

en Madrid su línea de vida pero se pirran por seguir

amando su tierra madre.

 

Somos nosotros quienes buscamos el abril tan nuestro y  llegamos a él, más que llegarnos él a nosotros; quizá porque somos tanto espíritu de abril como son signos de primavera las flores, las tardes que nunca se caen, las eminencias cantoras que dulcifican el aire; parece que siempre es abril por el inmenso deseo que nos coacciona el semblante en un pensamiento unívoco, trascendental. Es abril porque lo hemos querido. Y cuando ya se acerca, cuando suena el alba a otros silencios y la luna tiene cara de gabacha, cuando Madrid es también un potro deslumbrante y emociona el camino, cuando todo esto es tan misterioso, el hombre de abajo, el de aquí, que ha apostado tanto por la vida, este hombre callado en el invierno, piensa: qué será de sus amigos de arriba, quiénes habrán nacido de nuevo, quiénes habrán encontrado el amor o quiénes se habrán desencontrado de la vida. Todo el pensamiento de aquí está por allá, por aquellos rascacielos, por aquellas caras.

Que supo el hombre de aquí que su amigo de allá padeció la calamidad del descuido, que otro amigo de allá anda nuevo como un pincel con gesto pinturero porque la suerte de un nieto vino a visitarle, que una amiga alumbrada por esos soles tan suculentos del Madrid romántico se ha preñado de esperanzas. Acá no son las cosas mejores, acá son pensamientos los recuerdos, se fraguan, se empinan, se enderezan las menudencias cotidianas y al ponerles las pastas parecen un libro digno del mejor poeta. Y todo eso porque muchos amigos están en aquella verdad y respiran el mundo desde aquel ámbito y porque otros amigos se dejaron caer en la somnolencia y a uno le produce una nostalgia infinita incapaz de dominarla y se deja llevar apasionadamente por el corazón. Son muchos los amigos de ahí, del entorno febril de los peñeros, amigos del deber, de las devociones, del juego desde niño, amigos con quienes convivíamos cuando el primer beso, el primer amor o el penúltimo abrazo. Seguís allá, tan unidos como los filones de nuestras minas, seguís allá, mas permitidme que me desahogue con vosotros porque os recuerdo amadamente, cuando llega abril.

 

Ramón Llanes

CONFIDENCIAL

 CONFIDENCIAL

 

Escribir requiere adecuar el pulso a la memoria, invertir en arrojo y sacarle al placer su máxima clarividencia. Se hace el preámbulo y se mascan las palabras antes de anotarlas en la pantalla puntual que dispone el sistema; se merodea por la suerte de los adjetivos para que estén dispuestos a la menor inspiración, luego se inicia el grito con la fuerza de un parto, se escogen los artículos y se comparte tiempo con sabiduría un largo rato hasta que la plana quede exquisitamente acabada y logre arrancar al autor una sonrisa de complacencia.

Una vez en el aire las ondas insonoras se encargan de publicitar lo escrito sin tocar un ápice la línea sostenida, el verbo subjuntivo, la coma separadora, el fondo adverso o las esdrújulas acertadas; de letra a letra podrá, quien se empeñe, encontrar su reflejo o su apariencia; de palabra a palabra, con la solución aritmética de la sintaxis, los conceptos expresarán el mundo que el autor planteó, sus teorías sobre la vanidad o sus creencias insólitas sobre la ínsita posibilidad de la muerte. Todo lo escrito convirtió el blanco virtual en un texto vivo, dejó de existir en la memoria y se plasmó en una realidad con cualidad y capacidad para generar pasiones, odios o simplemente pensamientos. Las palabras tienen esa utilidad, están para adormecer, despertar o volar; están para expresar colores, explicar un dolor o maldecir un sueño; la palabra seduce, corrompe y libera.

En la última noche estaban las sombras puestas en la ventana, como imaginando un perfil de teatro, con su figura de luna y sus muchas estrellas, cuando sonó el teclado desde la suavidad del silencio, escribiendo con pausa de ternura una reflexión confidencial sobre cómo se buscan en el otero de la imaginación las sensaciones y sobre cómo siempre ayuda la tenacidad en la tarea, cuando entendió que no salió el texto pretendido sino un pasaje más o menos lógico de cómo es, en general, la vida. Y al poco llegaron las primeras luces empujando a las sombras y quebrando una parte de lo pensado que, curiosamente, también se parecía, en general, a la vida.

 

Ramón Llanes

AYER Y MAÑANA

 AYER  Y  MAÑANA.

 

       Me pregunto qué será del ayer vivido con intensidad y qué también del ayer maldito que trajo consecuencias nefastas a nuestra vida; a dónde irán las ilusiones no cumplidas y los deseos rotos, a dónde la fuerza que pusimos a las emociones y el amor que fuimos derramando; ¿quedará todo en un cajón sin fondo ni  constancia?, ¿ se irán los suspiros a un aire sin límite?, ¿algo tendrá eco y constituirá resorte o estela para la memoria?. No sé, no sé.

       Me pregunto qué idearemos para el mañana, para seguir superviviendo a los envites, para consolidar la estampa de creencias que fueron referencias concretas de nuestra misión; qué vestido le pondremos a nuestros huesos, qué cristal a nuestros ojos para que sigan mirando las cosas, los objetos, las personas; qué brillo le daremos a un cansancio o qué bálsamo a un sosiego, qué de buen  hacer seremos capaces de diseñar para ese mañana incierto y provocador que nos sopla el cuello, qué de miserable o generoso será nuestro corazón pasados los años y a la vista del futuro posible. No sé, no sé.

       Me conformo con ser un presente ajustado al troquel, una pieza más de la esperanza, una rosa en un jardín silvestre, una voz del silencio, un esqueleto sin autopsia. O me conformo con ser el pensamiento retorcido de un odio inolvidable, o un condenado a la reencarnación del lobo, o un preso con la condicional para toda la vida, o un imbécil que trata de convencer de su inteligencia, o un inteligente que se dedica a prostituir paisajes. Tampoco sé.

       Doy un paso en el presente y me encuentro en el mañana, recuerdo mis horas de niño y estoy en el ayer; ¿a quién pertenezco?. Si doy un grito rompo un silencio, si escribo me desnudo, si hago una foto inmortalizo un paisaje, si pienso creo una idea, si amo tengo emociones y si me voy certifico que estuve; ¿qué hago?.

       Quiero hacer una foto, escribir un poema, solicitar un paisaje para mi ventana, amar, seguir amando; todo sin romper el presente, sin alterar el ayer, sin molestar el mañana. Atentamente.

 

 

                                          Ramón Llanes

domingo, 14 de abril de 2024

ODA AL DESAHOGO

 ODA AL DESAHOGO.

Ya no escribo poemas, los desangro,
no mastico el verso, no sufro por él,
no traiciono a la verdad, la ignoro,
no resucito a la amada, le señalo el limbo,
no me transparento, no me anuncio,
no pertenezco a la paz,
no hago misiles ni invento traiciones,
ya no me someto a la castración con voluntad,
no recurro a lo lírico para enamorarme,
no fabrico milagros de luna llena,
no presiento el beso para despedirme,
no se me caen las lágrimas de vergüenza,
ya no corrijo las ilusiones,
no me tropiezo con el deber de oirte,
no estoy para hablar de soledades,
no me paso la noche entera con la guitarra,
no me mordisco las manos por descuido,
no me río porque me da pereza,
no canto por no disimular que es mentira,
no recito para seguirme creyendo poeta,
no es mía la mejor frase para un epitafio,
no me arrepiento de ser un aprensivo,
no quiero nacer otra vez por si acaso,
no están mis ojos para rímel ni antifaces,
no me sobran cartas para la próxima jugada,
no me da asco retirarme del oficio de loco,
no hay palabras capaces de aburrirme,
no me he propuesto cambiar,
no me muero porque sería hermoso.
Ramón Llanes