EL ESTADO DE BIENESTAR COMO FACTOR DE RIESGO
RAMÓN LLANES
jueves, 31 de julio de 2025
EL ESTADO DE BIENESTAR
miércoles, 30 de julio de 2025
AYER
AYER
BIEN LLEGADO A HUELVA
BIEN LLEGADO A HUELVA
Nuestra ciudad alegra todo el
volumen de su sentimiento y activa su fulgor característico de la alegría
cuando es agosto, celebra con arrope solidario, estrena sus mejores galas
humanas y conmemora aquella vieja hazaña de la salida de los marineros con
Colón hacia el nuevo mundo; y todo ello para realzar las figuras emblemáticas
de los descubridores y para ocupar -una vez más- los sitios que en la historia
le pertenecen; sitios de mar, de esteros tranquilos, de incógnitas aún no encontradas;
sitios de hombres con sobranzas de respeto y optimismo, sitios de tiempos
largos y de torerías y de carabelas y de Rábida y de hospitalidad y de
fandangos. Huelva, como sitio de remanso y estancia, estuario preciosista, de
puerto y salitre, doncel estético de aguas por las partes que los ríos le
corresponden, Conquero y balcón, hada ilustre de inspiración poética.
Esta amada Onuba está siempre dando
abrazos y extendiendo manos abiertas a quienes se dignan venirle por los
costados y dormirle una nocturnidad con la simbología de la admiración. Esta
Onuba tímida es graciosa en el ágora de la plaza, es honesta con sus verdades,
es sabia en todos los asertos y se vuelca con los suyos y con los otros y con
la felicidad. Esta Onuba completa en referencias engancha y se deja admirar,
que aquí estuvieron antes los habitantes de muchos mundos y de aquí nació la
idea universal del descubrimiento del mundo nuevo.
Es tiempo del brindis por Huelva,
del reconocimiento al valor tallado de su importancia en la genealogía de los
ciclos, es tiempo también de abrir de nuevo el alma a los habitantes que la
desean, es tiempo de estar presentes en los halagos y parabienes, de cantar a
los bien llegados y de enseñarles nuestra forma de querernos.
martes, 29 de julio de 2025
APUNTES DEL ESTÍO
APUNTES DEL ESTÍO
lunes, 28 de julio de 2025
DEL CALOR
DEL CALOR Y OTRAS OBVIEDADES
ANSIEDAD
ANSIEDAD
Fíjate, hermano lobo, has cazado la pieza y has perdido la pasión;
habías escrito en tus ojos solo el deseo de llegar y apresar y te quedaste en
eso, luego perdiste el placer de disfrutarla. Como el lector que ignora el
resultado de la historia, como el niño que no aprendió a manosear el juguete,
solo a encontrarlo; como la luna que acaba el ciclo sin interesarse por las
ráfagas de luz que se dejara en las oscuridades o como el hombre que llega, a
veces, sin saber para qué. Pérdida de la pasión, moda nueva, de arraigo actual,
de aceptación general, ansiedad sin pasión.
No discuto, hermano lobo, tu hambre, discrepo de tus deseos, del ansia
para después del deseo, del gozo que no te produce la victoria, de la emoción
que no le pones a la batalla; discrepo de tu manera de no lamer tus zarpas al
recibir el trofeo. Imagino que posees tantos que ya no te halagan o imagino que
no te altera el entusiasmo una meta más, pero discrepo, te sobra ansiedad, te
falta pasión. Para correr, para la estrategia del combate, para la mirada; tu
alma, imagino, necesitará el alimento de todas las sustancias que
espiritualizan tu rol en el contenido de esta selva donde te dieron luz y
cuerpo para vivir.
Es tu mundo un cuadernillo de letras sin calidad; hambre y pocas cosas,
que limitan el sentimiento a ello; y hasta tu loba te escasea en detalles, la
seducción, la preñez, la parida, la nacencia; le quitas la pasión y se queda en
animalada, en inconsciencia. Y no me discutas, hermano lobo, casi te diré que
no estoy ahora para sermones de santos, ni dogmas, ni monsergas; no olvides la
pasión, y punto.
Ramón Llanes
domingo, 27 de julio de 2025
HEDONISMO
HEDONISMO
De pronto se nos vienen a la memoria vocablos intensamente comprometidos
que nos expresan el significado de los sentimientos más adorables y necesarios.
Refiero HEDONISMO, palabra procedente del griego que define la teoría que establece
el placer como fin y fundamento de la vida, actitud vital basada en la búsqueda
del placer. ¡Qué ser humano podría escaparse de la evitación de
esa hedónica forma de configurar su vida!; el disfrute tiene siempre las
puertas abiertas del alma y del cuerpo, el gozo supone el delirio que proporciona
el equilibrio vital para soportar la existencia dándole grados importantes de
sensualidad capaces de elevar los estímulos. No solo para el juego de los
componentes carnales sino también para la voluptuosidad del espíritu. No sería
posible enfrentarse a los abismos inacabables sin una dosis moderada de
hedonismo y tampoco dedicarle a este todo el sentido hasta hacerlo patológico.
Ahí queda.
Ramón Llanes. 28.7. 2025
CON LETRAS DE MUJER
CON LETRAS DE MUJER
RECUÉRDAME
RECUÉRDAME
sábado, 26 de julio de 2025
BÁLSAMOS DE LA MEMORIA
BÁLSAMOS DE LA MEMORIA
ESPERANDO A NADIE
ESPERANDO A NADIE
viernes, 25 de julio de 2025
CALLEJEROS
CALLEJEROS
SONETO. SI TODO FUERA PAZ
SONETO
COSAS DE HOY
COSAS DE HOY
miércoles, 23 de julio de 2025
HOMBRE LIBRO
Hombre libro
ENCUENTRO CON LAS LETRAS
ENCUENTRO CON LAS LETRAS
martes, 22 de julio de 2025
QUÉ SERÁ PROGRESAR
QUÉ SERÁ PROGRESAR
AZAHAR EN EL ASFALTO
AZAHAR EN EL ASFALTO
lunes, 21 de julio de 2025
PASIÓN
PASIÓN
DERECHOS INNEGOCIABLES
DERECHOS INNEGOCIABLES
domingo, 20 de julio de 2025
TE ESCRIBO
TE ESCRIBO
Te
escribo en flamenco,
en nota de endecasílabo con música de
guajira,
en una octava alta de fandango al
viento,
en soledad perenne
que deja los latidos
de infinitos sentimientos,
te escribo en do menor de alegría
con arpegios de sonanta
y pulso de bulería
o te escribo si tú quieres
en la tristeza del alma
contándote mi verdad
con unos versos sacados
del armario de mi adentro
con dosis de soleá,
te escribo, amor, y te canto
mi estrofa de libertad
con vidalitas soñadas
en el fondo de mi mar.
Te escribo, amor,
como si fuéramos
a librarnos de la guerra
de esta cruda realidad.
Ramón Llanes
BAILEMOS
BAILEMOS
sábado, 19 de julio de 2025
HISTORIAS DEL VENTORRO
HISTORIAS
DEL VENTORRO
Había una gaita colgada,
siempre lo recuerdo, una gaita encima de una foto antigua de la virgen, quizá
de finales de cualquier siglo; Alonso lo conservaba todo como lo dejara su
padre y antes su abuelo, el ventorro no tenía nombre, solo un eucalipto grande
en la puerta, un pozo con brocal de laja, un cubo de zinc, unas “estreores” y
un banco de madera de encina, todo eso en una especie de jardíncillo o patio
con horno al lado, luego la entrada, un saloncete misericordioso, unas mesas
con astillas crónicas, poco más de cuatro sillas de enea, un suelo de tierra y
una imagen grande de la Peña con dos velas en una hornacina al fondo a la
derecha; acá, a la izquierda, el mostrador y acaso encima dos gaseosas y una
botella de vino además del aguardiente; eso era el ventorro, pura efigie del
Andévalo profundo, a media legua de la ermita en dirección al sur, hacia los
campos bartolinos ya de menos jaral y de terreno más arenoso.
Por allí era obligado el
paso de los peregrinos y necesaria la parada, nunca faltaría un gallo para las
menudencias del hambre si se terciara echarle humo a la anafe y tueros a la
chimenea; Alonso y Sampedro eran justos los propios para remendar el cansancio
con sustancias de buen agrado y mucha “alicantina” en la mejoranza de la
conversación, para eso estaban allí día y noche, dulcificando la vida y
calmando al tiempo, entretenidos en resolver las emociones que se fueran
produciendo, como dos ermitaños más a medio camino entre El Cerro del Águila y
todo lo demás del horizonte.
Y allí me contó Sampedro
que conoció a Alonso un martes de Peña después de haber cumplido sus ritos
devocionales con la Madre y dirigirse hacia sus lejanías; allí sentó una noche
su disposición, se hizo a la silla y durmió sin dormirse atenta a los cantes de
gente de los alrededores que cubrían de tal manera un caminar que a oración
también pudiera parecerse. Y fue cómo Sampedro se fijó en la ternura de Alonso,
en sus modales y en sus sosiegos y se quiso enamorar de pronto como si lo
hubiera estado buscando en todos los sitios; y hubo de encontrarlo en el
ventorro una noche aun con olores a súplicas y a mayordomos nuevos, a poco más
de media legua del sagrado lugar y que por mor del destino y del amor se quedó
con él en la soledad del suelo de tierra y se hizo a la costumbre de alegrar
peregrinos y vivir en la plena satisfacción de sentirse otra. Y así llevan como
cincuenta o más años, que ni ellos lo saben.
Pasó mucho tiempo y
ahora mismo dudo, mi memoria es deficitaria en algunos recuerdos pero lo de la
imagen de la Peña en la hornacina no me permito olvidarlo.
Ramón Llanes. (Para La Balsita)
UN ALMACÉN DE TIEMPO
UN ALMACÉN DE TIEMPO