Vázquez Medel, Manuel Ángel
Huelva y Sevilla.
DESDE LA ORILLA INMENSA DE LA VIDA
Para Alfonso, mi padre, que se nos fue un 17 de marzo.
Para Adriana, mi nieta, que llegó un 3 de mayo.
Yo nací en un lugar donde las aguas cantan;
donde las aguas brillan y sobre el mar se vuelcan.
En un lugar de encuentro de dos ríos que abrazan
el océano inmenso de la vida y la muerte.
Allí nací.
Recorrí, en mi infancia, sus secretos caminos
hacia el mar, hacia el mar de la vida y la muerte,
desde una alegre orilla con olor a eucaliptos.
A nadar aprendí en sus aguas tranquilas,
en sus limpias aguas
(testigos mudos
de la más grande gesta),
antes de ser manchadas por tóxicos vertidos.
He vuelto a tí,
Ría de Huelva,
(era una tarde azul de primavera),
para dejar durmiendo en tus entrañas
las últimas cenizas de quien me dio la vida.
Y por eso ya siempre tú serás para mí
ese lugar sereno donde las aguas vibran
con la vida y la muerte.
Hoy te evoco, feliz,
desde la orilla inmensa de la vida.
De la Antología HUELVA ES VERSO.
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