RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 24 de noviembre de 2020

COMO AYER

 COMO AYER

 

 

         Ha pasado el golpe de efemérides del sábado que la buena voluntad de mucha buena gente dedicó a la mujer. No habrá pasado la admiración de puerta en puerta cerrando halagos y abriendo de nuevo la ingrata coloración de los insultos; no habrá pasado el respeto para dar paso a la insostenible violencia, no habrá pasado, queremos pensar. La dedicatoria solo trataba de fortalecer la complicidad de todos los seres humanos, -con independencia del sexo- para seguir soplando contra la humareda del maltrato, contra los miedos y contra la humillación. Los civilizados unidos en una día concreto para celebrar que existimos gracias a una mujer, para celebrar mil motivos de gozo por el compañerismo, por el amor, por sabernos exaltadores juntos, de la vida.

         Que no vuelvan los días a cerrar sus ojos de crepúsculos con lágrimas por una nueva víctima, que no sea más tiempo, tiempo de mártires; que se pudran el hacha, el fusil y la sinrazón; que los días venideros quemen la malvada voluntad de los malvados; que vuelvan a ser días de esplendores todos los amaneceres.

         No haya hombre que coarte, apunte, hiera o condene a mujer alguna, no haya quien apoye insidias ni intolerancias. Acaben en el desecho los gérmenes de seres capaces de cercenar los futuros y que sea para estos, como peor castigo, la culpa del olvido. Y vuelva a ser siempre día de fervor y pleitesía plena a la mujer, como ayer, como para todos los tiempos que han de llegar con las consignas de la concordia en sus estigmas de verdad.

 

 

         Ramón Llanes

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