Según el Diccionario de la RAE, “mitra” es una toca alta y apuntada que se colocan los obispos y arzobispos para cubrir la cabeza. Posiblemente con origen en el tocado o adorno de uso entre los persas. También fue utilizada la mitra por diversos cuerpos militares antiguos.
En la antigua mitología indoirania y persa, Mitra era un dios solar, el dios de la luz, cuyo culto empezó en la India (como Mitra) y se acabó difundiendo en el Imperio romano. En los siglos III y IV d. C., el culto a Mitra, o mitraísmo, practicado y apoyado por los soldados del Imperio romano, fue el principal rival de la religión cristiana, que acababa de desarrollarse. Era el dios responsable de dar protección cuando había un ataque. Protegía a los fieles y castigaba a los infieles. También se le representaba en un carro tirado por caballos blancos. Mitra era el poseedor de la verdad. También era el dios de la justicia, que era garantizada por el rey. Siempre que la gente observaba la justicia y el contrato, veneraban a Mitra.
Sin embargo en nuestra zona “una mitra” siempre se refirió a un “buen guantazo” como un castigo. Determinar qué similitud semántica puede tener la mitra del obispo con el guantazo es cuestión no resuelta pero si le buscamos el origen en el dios Mitra podemos entender que esa cualidad suya de protector de la verdad y castigador de lo perverso encaja con que con el uso de la palabra y atendiendo a su concepto se empleara como tal manera de castigo y acabara siendo un simple tortazo o guantazo. Ahí queda.
Ramón Llanes 6.12.2025.
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