SONETO DOLIENTE
Dedicado a Miguel Hernández
en el centenario de su nacimiento.
Aquí tu vida, en demasía dada,
nunca rendida al miedo ni a la muerte,
fuera de Rosal como última suerte,
fuera traición como primera espada.
De aquí tu vida, dolida y ajada,
huída del mal, se nos hizo fuerte;
castigo no fuera para tenerte,
condena no fuera por esperada.
De aquellos verdugos el odio queda,
de ti, la Vida, como una gloria,
de una elegía mil polvaredas.
Y son tus versos noble memoria
para este tiempo que el alma hereda
y el alma guarda como victoria.
Ramón Llanes
Rosal de la Frontera
27 marzo 2010.
Dedicado a Miguel Hernández
en el centenario de su nacimiento.
Aquí tu vida, en demasía dada,
nunca rendida al miedo ni a la muerte,
fuera de Rosal como última suerte,
fuera traición como primera espada.
De aquí tu vida, dolida y ajada,
huída del mal, se nos hizo fuerte;
castigo no fuera para tenerte,
condena no fuera por esperada.
De aquellos verdugos el odio queda,
de ti, la Vida, como una gloria,
de una elegía mil polvaredas.
Y son tus versos noble memoria
para este tiempo que el alma hereda
y el alma guarda como victoria.
Ramón Llanes
Rosal de la Frontera
27 marzo 2010.
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