RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 11 de noviembre de 2014

EL VIOLINISTA EN EL TEJADO

Ramón Llanes

Martes, 11 noviembre 2014

EL VIOLINISTA EN EL TEJADO

 
Como demagogia define el diccionario “la apelación a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público para ganar apoyo popular, mediante la retórica y la propaganda”. Con ello se evidencia que tal práctica forma parte del entorno político con una intensidad empírica constatada. Es, quizá, la madre de las artes de la estrategia en esto de obtención de poder.
 
Aristóteles sostenía que cuando en los gobiernos populares la ley es subordinada al capricho de los muchos, definidos por él como los "pobres", surgen los demagogos que halagan a los ciudadanos, dan máxima importancia a sus sentimientos y orientan la acción política en función de los mismos. Aristóteles define por lo tanto, al demagogo como “adulador del pueblo”.
 
El tiempo ha venido a ratificar las teorías del sabio griego e incluso se podría añadir que siendo la demagogia una fórmula de corrupción se comprende que se mueva ésta en arenas corruptas con excesiva habitualidad.
 
Resulta fácil encontrarnos de frente con el imperio de la demagogia con solo observar la polución política actual. Todo está sustentado por la demagogia, como un virus que afecta de manera universal a esta clase de personajes y se infunden de ella en el primer discurso.
 
Los acontecimientos últimos de Monago y Arturo Mas, son claros ejemplos del uso demagogo de medios a fin de conseguir provecho personal. En ambos casos el violinista olvidó su posición correcta de servicio al pueblo para ocupar lugar en un tejado con mohín y resbaladizo lejano al cenáculo de la buena fe y la excelencia. No es permisible que los sistemas se resguarden en argucias de esta índole porque son nocivas para el sostenimiento de la honestidad y convergen en consecuencias de rechazos, podredumbre de la democracia y daños importantes para los ciudadanos. No son aceptables las subidas de tono en demagogias con usos indebidos ni los malabarismos de indecencia  por otros tejados. El servidor público tiene un rango infinitamente mayor pero más comprometido.
 
EN DIGITAEXTREMADURA.COM

No hay comentarios:

Publicar un comentario