Hombre
dios
Me
mira un ojo inmenso,
perseguidor,
implacable. Me mira,
solo
me mira pecar,
ha
perdido su experiencia,
con
la vejez,
dicen
que es infinito,
nada
de lo creíble es infinito,
a
todo lo más
dios
será largo como el deseo
pero
nunca infinito como el amor,
como
la tenacidad o el olvido.
Cuando
dios me mira
me
siento engañado por la salvación
porque
no sé de qué
ha
de salvarme dios,
que
solo juega a mirarme
cuando
le deniego el capricho
de
ser imposible, irreal y muerto.
Ramón Llanes
De Andanzas y templanzas
MEMORIA DEL PRÓDIGO.
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