POEMA DE HERBERTO HELDER (Poeta portugués fallecido hoy 25.3.2015)
Un poema crece inseguramente
en la confusión de la carne,
sube sin palabras, sólo con ferocidad y gusto,
tal vez como la sangre
o la sombra de la sangre por los canales del ser.
sube sin palabras, sólo con ferocidad y gusto,
tal vez como la sangre
o la sombra de la sangre por los canales del ser.
Ahí afuera existe el mundo. Ahí afuera, la espléndida violencia
o los gajos de uva de donde nacen
las raíces minúsculas del sol.
Ahí afuera, los cuerpos genuinos e inalterables
de nuestro amor,
los ríos, la gran paz exterior de las cosas,
las hojas durmiendo el silencio,
las raíces minúsculas del sol.
Ahí afuera, los cuerpos genuinos e inalterables
de nuestro amor,
los ríos, la gran paz exterior de las cosas,
las hojas durmiendo el silencio,
las semillas junto al viento,
-la teatral hora de la posesión.
Y el poema crece tomando todo en su regazo.
-la teatral hora de la posesión.
Y el poema crece tomando todo en su regazo.
Y ya nadie puede destruir al poema.
Insostenible, único,
invade las órbitas, la cara amorfa de los muros,
la miseria de los minutos,
la fuerza sostenida de las cosas,
la redonda y libre armonía del mundo.
Insostenible, único,
invade las órbitas, la cara amorfa de los muros,
la miseria de los minutos,
la fuerza sostenida de las cosas,
la redonda y libre armonía del mundo.
-Abajo el instrumento perplejo ignora
la espina del misterio.
Se hace el poema contra el tiempo y la carne.
Se hace el poema contra el tiempo y la carne.
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