A VECES, LA TORMENTA (TRES)
Ya no vienen tormentas como antes, dirán ajenos a los pies de ella, para el cumplimiento de los ciclos tempóreos en la agitación de mayo y para que los animales corran a ningún refugio y los ánades se arrepientan de haber venido. Antes, se apetecían en mordidas y miedo, antes nunca se resumían en una tarde. Las tormentas de antes, seguirán diciendo, arrasaban todas las maldades y dejaban limpios hasta los pensamientos.
Tú y yo estamos en la misma armonía cósmica de la tormenta inventando cada cual sus condiciones. Siempre ella nos podrá, siempre nos convencerá de la existencia del respeto a los titulares de los espacios profundos y celestes, sin otra necesidad que la procura por la adaptación.
A veces, la tormenta es ronquido de cíclopes o vírgenes malditas, otras, canto de tenores en conciertos universales y siempre, susto de pobres.
Ramón Llanes.
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