Después de setenta y
ocho años del asesinato de Lorca se sigue preguntando el mundo qué
hubiera sido de su creación literaria y humana, de su actitud ante
la vida y de su aportación personal a una sociedad como esta.
Quienes andan metidos en la revuelta de la paz odian aún la
destrucción en todo su contexto y reprochan la inaceptada y cruel
muerte de un poeta que por solo serlo tuviera tal maldito castigo sin
merecimiento ni deslealtad.
Ya es mucho el deshonor
que se hizo con la cultura y mucho el agravio que se cometió con el
derecho a vivir pero queda un mal mayor, muy mayor, que no tiene
capacidad ni forma de medida para valorar el daño. Su creación
literaria también feneció en aquel día en Viznar y con ello se
sesgó el poema posterior que la muerte nunca fuera capaz de
escribir; no se tuvo en cuenta el respeto a la creación, los
malvados verdugos poseedores de atribuciones robadas y de poder
maligno rompieron aquella noche más que una vida y privaron a las
sociedades de futuro de un creador único. Nadie ha sido culpado de
esto, nadie ha sido condenado por ello, nadie, excepto nosotros que
ahora, una vez más, presentamos demanda por tratarse de un crimen
contra la humanidad.
Será precioso compartir
que Lorca sigue plenamente vigente, vivo y transmitiendo emociones,
que es el personaje español quizá más reconocido en el mundo; que
Lorca no fue efímero pero, ¡ay!, dejó de escribir y de pensar y de
denunciar las denigrantes culpas del entorno donde le tocó estar. No
pasará a la historia como un héroe militar y por no serlo le
prohibieron ocupar páginas de prestigio en los libros; Lorca alcanzó
un lugar más digno, fue mártir de la inconsciencia y la barbarie y
sobre todo fue poeta, un poeta de voz eterna, de esa gloria no
pudieron bajarlo los fusiles ni las consignas porque ciertamente le
dieron más vida.
Ramón Llanes 26.8.2014
Publicado en Huelvahoy. com
No hay comentarios:
Publicar un comentario