DESDE
EL CALVARIO
Viejo
lagar, vieja cepa, viejo camino,
eterna
vuelta y eterna partida
ansiosos
los surcos de la gleba
en
la poética de la constancia
de
los tantos minutos
y
siglos dando quehacer
y
quitando pruebas de sesteo y calma.
Viejo
Calvario, pendiente de la vida
de
Rociana, de los muchos ratos de vendimia,
del
trasiego de pertenecer
a
una tierra saturada de condiciones
y
efervescencias del saber entenderla,
los
sentimientos en cada luz del día
y
en cada mirada el anuncio de paz
que
los hombres ponen
al
oficio de convivir.
Vieja
armonía en continuo reparto
entre
devoción y fiesta,
luego
del crepitar de los afectos
que
prenden en la plaza
y
extienden brazos de acogida
por
todos los huecos.
Vieja
amistad de amigos de siempre
como
nobles en la postura, nobles en la ternura,
admirados
ratos de estancia,
ratos
de vino y bodega con olores de risas
y
entresijos de verdades.
Se
me ha pasado la existencia
entre
todos estos delirios
que
ahora enriquecen
amablemente
mi memoria.
Ramón
Llanes.
Rociana
4 de setiembre 2015.
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