AUNQUE SE VAYA ABRIL
Si amaneció de nuevo, el cáncamo está abierto, el cuadro se aguanta, la raíz no retrocede, el camino tiene variantes, el prestidigitador nos divierte, todo como ayer. Es un período de días previstos para la ensoñación y los mareos. Que corro, paro, grito, desespero, amo, tiemblo; pistas miles, millones de opciones, infinidad de argumentos que pueden caber en un disco duro, en un bolsillo, en una agenda. Pero es un amanecer, sol tedioso, nubarrones, sofoco, calma, valentía, miedo, ocupación. Un bolígrafo escribiendo pensamientos por una sorpresa, como los pájaros que nunca inventan.En el ocaso confiaremos en la nostalgia al traer los bálsamos y la tarea será agnóstica y los gozos aliviarán la esperanza pero el día uno o el veinte o el nueve de cada año, sin importarles el siglo, serán exactamente idénticos en el calendario y en la vida, licuada de rutinas. Si amanece, cabe el aliento.
Ramón Llanes
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