DISTINCIONES
Nos resultaría imposible imaginar que en las aceras se reservara una parte para los políticos y solo ellos pudieran usarla, que en los teatros existieran butacas reservadas para los políticos, que en el fútbol se reservaran asientos de palco para los políticos, que en las piscinas públicas hubiera un exclusivo lugar reservado para los políticos, que en todas las carreteras se reservaran tramos de ida y vuelta para los políticos sin que otros pudieran circular, y en los aviones y en los trenes, y en el mercado y en las fiestas y en las iglesias y en los actos en general; nos resultaría muy incómodo aceptar este tipo de distinciones que a modo de claros privilegios se otorga a los políticos.
Sin embargo en las televisiones públicas es así, los políticos tienen diariamente reservado su espacio para dedicarlo a su mediocridad, a sus lamentos, a sus petulancias y a sus insultos. A nosotros nos parece tan normal como si tal espacio fuera propiedad de ellos mismos, y renunciamos a levantar la voz por miedo a sus sistemas de grilletes. Les dimos poder e inventaron privilegios. Y esto viene a cuento de nada.
Ramón Llanes.
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