EL LONGUI
Hacerse el “longui” fue costumbre
en otro círculo de vida anterior, con ello se significaba a quien se hacía el
despistado, el indiferente o el despreocupado en una determinada acción cuando
esta le requería tomar partido para opinar o hacer; su uso calificó la actitud
como desatenta y a quienes de tal manera actuaran no se les tenían muy en
cuenta sus formas, se les trató de frescos, tranquilos, personas que huían de
tener responsabilidad en determinadas cuestiones a las que eran llamados. También
se les consideró en términos despectivos y hasta de sobrados de inteligencia
para tener capacidad de huir del asunto. Ahora se oye menos pero el longui
sique merodeando por nuestra tribu, tal cual. Conocemos personajes de estas
características que pululan por la tierra nuestra y a veces tienen poder para desordenar
las cosas. Ahí queda.
Ramón Llanes. 22.05.2025
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