Casino Para conjugar las horas de libranza en los fuegos del estío se hicieron vitalidad los sitios del
ocio, simulacro de palacete de la vida de los
mineros, concesión de mérito, lugar de emblema y
calma. Los foros nuevos del estar, nunca para el conflicto, nunca para resolver credos, solo para sustanciar emociones desde la
pequeña libertad que el orden concedía a los obreros. Se extendió para siempre su halo de
utilidad, se consiguió entender de otra forma la
unión y fue allí donde se volcaron sabidurías y culturas, recién hechas o recién traídas
de otros lugares. Se le llamó círculo como semejanza a lo
unido, más escenario de estancia que de tránsito, y perdura, con los sobresaltos de la
historia, con la soberanía del tiempo. Ramón Llanes. (SECUENCIAS DEL MÁS
ADENTRO)
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