FOCHÉ
Por estos tiempos de invierno los niños jugábamos al “foché”, que consistía en clavar una lima de hierro sobre la tierra húmeda e ir compitiendo con el fin de conseguir recortar el espacio del adversario -que era un redondel amplio- y hacerse con la victoria de aquella nada ambiciosa solo consistente en alimentar el entretenimiento. Si la lima caía por falta de fuerza al pincharla en el suelo perdía el jugador su turno y quien antes fuera poseedor del espacio completo ganaba una partida con el único premio de un placer fugaz. Este vocablo no viene en el diccionario pero encontré “fachar” que se define como clavar y quizá proceda de ahí el origen de nuestro querido foché que tantos ratos de disfrute nos diera en la niñez. Ahí queda.
Ramón Llanes. 23.12.2025

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