AL
HILO DE LA VIDA
Elegía
de afecto a la memoria de mi amigo Juan Manuel Gómez.
En
vivir se te fue la vida,
sin
alertarse de miedo ni dolor,
sin
avisos, amigo, sin avisos, sin calmas.
Estabas
en la paz de tu cariño
dando
y recibiendo,
arañando
minutos a todos los placeres del alma,
cuando
se presentara de golpe
la
desilusión maldita
y
entrara en casa por todas las puertas
a
desbordarse en desconsuelos.
Te
dormiste soñando en despertar,
te
fuiste a lo absurdo sin masticarlo,
te
cansaste de pedir horas de prórroga e indulto
pero
tu vida, íntima y frágil, tropezó y cayó al aire de la mina,
hasta
perderse en el último filón que amaras.
Y
allí están tus zapatos, tus manos, tus risas;
están
allí guardados tus recuerdos,
como
cuadernos escritos con tus letras
y
bordeados del amor que te dieron,
del
amor que diste.
Para
tí vendrán las primaveras a rociar flores,
a
celebrar romerías de barrito y guitarras,
vendrán
solsticios de pueblonuevo,
dioses
de aromos, tiempos de pasiones y concordias.
Y
no te habrás ido;
nos
contaremos los sueños,
hablaremos
de nosotros, de nuestra tierra adorada,
hablaremos
de los niños, ya padres, ya nietos,
nos
hablaremos de esperarnos para la copa de la amistad
y
no te habrás ido,
amigo
Juan Manuel,
y
nunca te habrás ido.
Ramón
Llanes. Diciembre 2012.
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