48.- a punto
A punto de soltarle
amarras a mis propósitos,
en este gremial
agujero
se oxidan qué sé
yo cuántas protestas
que nunca escribí
o razones agnósticas
que nunca expuse
o diabluras que
nunca hice
o entusiasmos que
jamás expresé.
Mi guarida es una
bocamina cubierta con ramajes
donde entran con
gusto gusanos y herrerillos
que se apuntan al
festín de aquel anacoreta lugar.
A punto de
reconsiderar mi anatomía íntima
al galope entre la
fantasía y la pasión,
considero la mueca
útil de las amarras
y empiezo a sentirme
un coloso de la especie,
un germen para la
posteridad o un simple peón de brega
que pasó por el
raíl apenas acusando el sudor.
A punto de volver a
caminar sobre las aguas
efímeras de mi
tierra, mastico la raíz de la caña de azúcar
y presido un día
más las caras de la tarde
imponerse sobre el
colapso del horizonte
sin otra misión que
un pequeño olvido.
A punto de cualquier
eccema en el alma.
Ramón Llanes. FÁBULA DEL VACÍO. Editorial Niebla 2015
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