2.- vino
el silencio
La inocencia
formalizó amistad con los recién llegados,
prestó el cuenco de
beber,
prestó la gubia de
artesanar los modos,
se hicieron los ecos
en la estancia
y las paredes
ensordecieron su murmullo
de afonía, vino el
silencio y se quedó mudo
de tanto manjar. La
palabra estaba, a sus anchas,
inquieta y deseante.
El mundo desapareció
con un trueno,
solo un susto le
invitó a la salida.
Rllanes. FÁBULA DEL VACÍO. Editorial Niebla 2015
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