COSAS
QUE PASAN
Nos
dijeron a bombo y altavoz que se cumplían veinte años desde la caída del muro
de Berlín y esos veinte años nos parecen nada. Nos dijeron que aumentaban las
cifras del paro en veinte veces veinte y volvimos a creer que veinte veces también son nada. Nos han dicho, nos han hablado,
hemos oído, de las veinte corrupciones de algunos, de los veinte por veinte
millones que se llevaron otros y tenemos que volvernos a creer que todos los
veinte que nos nombren, son nada, también nada.
Algo
debe ser. Veinte veces tantas veces debe dar un resultado por muchos disfraces
que le pongamos, por mucha tolerancia que seamos capaces de aceptar, por muy
amigos que seamos de quienes nos lo cuentan.
Pero
nosotros que hemos asumido el muro de Berlín en lo poco que nos afectaba, hemos
padecido terremotos, sufrimos los cortes de carreteras por obras eternas, nos
aguantamos cuando alguien nos metió en una guerra, inventamos una palabra de
aliento para nuestro familiar en paro, nos desencantamos cada día con las pamplinas
de los políticos, nosotros que estamos curtidos en miles de envites, en
incontables desencantos, en muchas penurias, nosotros hemos vuelto a mirar para
otro lado a fin de comprobar si en ese otro lado seguían con agua los esteros
del Odiel, si alguien a pesar de todo nos seguía amando, si nos quedaban amigos
para tomar una copa y con todo ese panorama positivo hemos vuelto a decidir
seguir echándonos la vida a cuestas con el mejor orgullo. Y así somos
medianamente felices que no es poco.
Ramón Llanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario