RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

miércoles, 2 de octubre de 2019

POETIZAR EL TRÁFICO

POETIZAR EL TRÁFICO


Cómo de pronto en un cruce, -dígase cualquiera, póngase uno de los muchos que se distinguen aquí, tan cerca de nosotros como el aliento- alguien sabe que llevando el coche no puede parar encima exacto del paso de peatones, no vale hacerlo quien llegue primero; o de pronto si circulas con ansias de todo, entender que el semáforo -artilugio tipo gigante con tres cabeceras de colores- advierte con el ámbar un descansito a la prisa y así “de paso” los peatones cruzan creyendo en la seguridad; o de pronto que el respeto por las zonas que están destinadas a vehículos sean para vehículos y por allí los viandantes -también se nos llama de esta manera- nunca expresen el paseo en calma de la tarde.
Si como tal se describe fuere la vida en esta ciudad que habito existiría conciliación entre ciudadano a pie, ciudadano a coche y elementos de tráfico; sería algo poético, tendría belleza este orden, porque desde aquí cada usuario del medio impondría un método en vez de acatar una norma; sería también estético observar que se enciende un semáforo, se detienen los vehículos, cruzan los peatones; la ciudad tendría el ritmo de un soneto y una rima continuada en asonante prólogo de convivencia, bienestar como epílogo; sería poetizar el tráfico.


R. Llanes

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