SOMOS (XXXI)
Y no llovió y se quedó el viento
llenando de más humo nuestra espera
y no nos vino dios con su escalera
a apagarnos los fuegos y lamentos
y amaneció de nuevo la quimera,
como quien viene sabio desde fuera,
a decir que no es tanto el sufrimiento,
que los sitios angostos que se queman
no son de valor en este esquema
de futuros, presentes o recuerdos.
Nosotros los dolientes de la afrenta
que amamos la grandeza de esta tierra,
desde siempre, señora, lo sabemos.
Ramón Llanes. Tharsis 31 agosto 2020
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