CIUDADANO MÁS DIEZ.
Los políticos reflejan el nivel exacto de cada sociedad, dan lustre o desmerecen de acuerdo con la procedencia. No es exigencia lícita pretender políticos diez en una sociedad seis, tampoco es lícita la viceversa. A este hilo me surge la reflexión cuando capto en noticias las manifestaciones ciudadanas en protesta por la escasa calidad de los políticos que rigen sus destinos. Los ciudadanos se quejan de la alteración social que los dirigentes provocan y entienden que están elegidos exactamente para lo contrario. Me pregunto si a la sociedad actual le corresponde cuota más alta de excelencia en políticos y si esta se refleja desde la propia sociedad representada, algunos -ciertamente- parecen escogidos de la última banca de la clase pero también son sociedad. Me asalta la duda, indico que no ha lugar a que la sociedad se extreme en tal precariedad de sensatez y eficacia. Algo falla.
Me gusta que la ciudadanía aspire en ella y en políticos a ciudadanos diez en todas las partidas, me gusta que se exprese el descontento, que se requiera una gestión exenta de corruptelas y aprovechamientos personales, me gusta que alguien ponga chinitas en los zapatos y se alíe con la excelencia. No es así aún a nivel general pero llegará el momento de las rebeldías de los consumidores, de los autónomos, de los propietarios de vehículos, de los fumadores, etc. Puede valer hoy, ha de valer para todos los días.
Ramón Llanes
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