XXVI CERTAMEN DE MÚSICA COFRADE EL CERRO DE ANDÉVALO 9 ABRIL 29022.
¡Ábrase la tierra, Dios!, que los riscos de estas sierras a seres del Cerro esperan en armonía y candor, un Cristo a una columna atado, una efigie de perdón, un sentimiento, un dolor para despejar las dudas que en el misterio se acunan llenas todas de Pasión, ¡ábranse las notas, Dios!, que huela el alma al incienso, el incienso a reverencia, la reverencia a silencio, el silencio a la cadencia, huela la cadencia a templo y huela el templo a ese Dios que a bajar aquí se apresta a oír la música puesta como loa al Redentor. ¡Hágase música vuestra como esperanza de amor!.
La Virgen de los Dolores llenando tus calles viene, se te acerca, se detiene, te enseña su desconsuelo y en lágrimas de temores implora razón al cielo para que el Hijo no llore ni sufra ni sea dolido. “Que yo sufriré por tí” le dice ella al oído. “Que no me importa morir si muriendo tú te salvas y salvas al mundo entero”, que yo pagaré por tí y solo yo llevaré el dolor del Nazareno”. La Virgen de los Dolores como el mar los ojos tiene llenos de sana ilusión, sus manos son devociones de madre que la sostienen en su agónica pasión. La Virgen de los Dolores señorea por el aire del Cerro, como la tarde, como un viento, como el sol, que va buscando cerreñas que la ayuden a olvidarse de tan amargo dolor. Y en sus dolores se encuentra a Benita, a Concepción, a Catalina y a Petra, a Isabel la de Simón y la Virgen se consuela y hacen su pena menor.
Padre Jesús Nazareno que representas la paz en estas tierras de andar por surcos y trancos viejos, que vienes para dejar una emoción, un aliento, una mirada y un pan cuando está por acabar la sementera del tiempo, cuando vienes a cenar poniendo serenidad a los conflictos y al miedo, cuando pasas sin llamar y al niño sin despertar le das sonrisa y consuelo, cuando por tantos complejos la existencia se nos va y todo parece un mal de tristezas y de duelos, cuando falta la verdad y no damos con lo cierto y nos vienes a enseñar que el alma tiene el secreto, y si alguna vez no estás parece fatalidad la vida con sus enredos. Que no falte tu bondad Padre Jesús Nazareno.
PALIO BLANCO
Se cubre de palio el templo, un hemisferio de blanco cubre todo el universo. El pueblo ya está esperando la semblanza del silencio a modo de paz y canto. Parece que trae el agua tinte de vieja amargura y es tan solo una esperanza. La charca huele a mastranto, a folía, a sentimiento, a jamugueras y a santo. La vida en El Cerro lleva olor a ermita y a fe por sus andadas callejas. Se cubre de palio el sueño y la vida va bailando la danza de los cerreños. ¡Ay, pasajeros dormidos de viejas mayordomías, cuánto la ermita daría por destrozar el olvido!.
No me atrevo a escribirte con palabras ni a llorarte sin maldecir la muerte, no me atrevo a saber por qué te vayas sin haber terminado de quererte, gime mi alma y a dolor me llama, al suelo que te llevan no es tu oro, el cielo que te espera no es tesoro ni página ni pedestal ni suerte, tú eres la memoria en este antojo y no podrá el destino si te ama mirarte con pasión y con amor tenerte.
CRISTO YACENTE
Cristo se muestra yacente como un rebelde vencido por las garras de la muerte. Solo el llanto de María le acompaña en su trayecto al mundo de su agonía. Y parece que no es dios, no tiene signos de gloria ni se nota su pasión. Parece un hombre cualquiera que con humildad murió en tarde de primavera pero a la muerte venció.
VIRGEN DE ALBRICIAS
Y Cristo resucitó, trajo, sin límites, vida, un mensaje, una razón, un compromiso, un perdón, una idea y un abrazo, un sentimiento mejor para soportar los trazos que va marcando el reloj. Y Cristo resucitó sin odiar a sus verdugos, haciendo que fueran suyos los peores sufrimientos, escrito está en la conciencia de cada ser bondadoso que cuentan los sentimientos como valores hermosos para lograr la excelencia. Y Cristo resucitó, Nuestra Señora de Albricias paseará con agrado hasta agotar sus sonrisas. Sea Paz tanta verdad que Cristo resucitó a toda la humanidad.
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