VEINTICINCO
CLAVELES Amaneció
veinticinco veces abril, veinticinco
claveles libertarios, veinticinco
veces rebeldía, que
los sueños de Grandola memoran
la libertad conseguida por
las lusas tierras de
la Iberia invencible. Claveles
en los solsticios de
los veinticinco abriles, la
tristeza volviendo a sus escaparates y
a los dictados de los locos nocivos. Portugal
se vistió de claveles cuidando
en color y romance la
vida completa, la
querida utopía de los humanos.
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