YO NO ERA ASÍ
De tanto ir a Osma, de tanto clamor abierto de la ermita y
Madre dentro, del primer abrazo en la sucesiva constancia del agasajo, de tanto
Almendro y tanto Castillejos, de tanta amistad, de tantos buenos recibimientos,
de respirar tanto buen humor, de verme reflejado tantas veces en la liturgia
del cirocho, de tan continuo ir y venir, de tantos buenos ratos, de tantas
risas, de tantos recuerdos, de tanto fandango, de tanto de tanto me he vuelto
más rico y en cada vez que me rumio los adentros pienso que yo no era así, que
ahora -por todas estas causas- tengo un patrimonio espiritual inmenso,
indeleble e irrompible y me hace sentirme más rico, más grande.
Siento como mío el afecto que me tienen los humanos a quienes
admiro y admito en mis armarios del alma, me sé la dolencia y la canción, hemos
vivido de melancolías y piedralbías, de mayordomos, de estancias; me hicieron
compartir devoción, seseo, mirada, camino, grito, vida; ahora soy en pulso y
vocablo un adscrito a este festín de amistades y soy mejor, conozco a Osma, a
los lirios que por allí crecen, a los sombreros que se usan, a las pasiones que
se viven, conozco lo romántico de un castillejero y lo profundo de un
almendrero porque en ambas almohadas me permitieron dormir y acomodar mis
sentimientos.
Os tenía que contar que yo no era así, que con vosotros he
aprendido tránsitos y terruños que me han hecho un ser humano mejor, con más
valores, con otra prestancia y que sin olvidar mi prestigio de mina se me ha
complementado el “dejillo” con este vuestro que me hace sentirme tan
particularmente emocional y tan querencioso. Yo no era así, esto debe ser por
tanto gustarme y disfrutar y beber de vuestros honrosos argumentos. Y ya nadie
podrá arrebatarme este privilegio.
Ramón
Llanes. (Revista de Piedras Albas 2022)
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