Como huyendo de los sitios agónicos, cóncava luz, nunca vista, los magmas expresivos de galerías de mina aligeran sus pasos hacia la libertad
y se ondulan, se besan con las piedras, se dibujan sendas y gritan si se aprisionan en los recodos naturales de la malva. El agua de mina precede a su olor
con azufres y piritas, se alinea en los marcos oxidados del tiempo que dejaran aguas anteriores y ofrece su fortaleza de vida en el cieno. Agua grao le llamamos,
agua ácida le llaman; agua poderosa y amada
porque a nosotros, su correntía,
nos trae mensajes de adentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario