A punto de ser alertado de partir pañal en mano y llanto en vena, presto al afán, aceptada la condena y dolido por la suerte de existir, nazco sin Dios. Llegar será venir aunque de sustos me acobarde en pena y más me cueste la traición ajena sin ser la causa justa del sufrir. Como objetor de vida es mi propuesta pido lugar y opción sin transigir, sin limitar apenas mis cadenas, con plena culpa acepto que elegir la única alternancia que me queda, es rendirme a la locura de vivir.
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