DISTURBIOS DE OCASIÓN
Sigo despierto,
mi hábito de vivir me lo impone
e incluso en el hastío sobrevivo como héroe
de mi propia voluntad.
No sé por qué me auto- condeno
y vuelvo a combinar mi conciencia en adversidades;
olvido el tramo oscuro,
la pasión que ellos no le imprimen a la tarea de caminar;
vuelvo a olvidar que existen en la insidia quienes no deberían existir,
me solapo en el desaire de un estrado insulso
y voy a la cárcel a leer poemas de libertad.
Tengo el pensamiento para un reciclaje
pero ando perdido en mi contrato de temporalidad con esta vida
y me siento incapaz de buscarle un título honroso a mis deseos.
No estoy triste, la tristeza es otra cosa;
la tristeza es una pus sin palabras.
Rllanes.
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