Aquel
sábado del tren
Tengo
que escribir de tí, de aquel sábado del tren dirección emocional a
todos los sitios con un punto de referencia en Molero; tengo de
escribirte que no me fui con vosotros, mi camino tenía otro trecho,
mi ansiedad era la misma, pero no trencé las vías para llegar
contigo al Morante, al Paseo Nuevo, a la calleja, a la miel y al agua
que esperaban casi en la tahona sin vestir.
Para
vender aquel sábado de lluvias es esencial ponerle un precio alto,
porque el rincón de los pimientos “encurtíos” olía a nosotros
al momento de llegar y no me extrañó, nunca me extraña, que al
cabo de minutos conocieras el enjambre de miradas y ternuras que se
mecían en las telarañas de hilo que simulaban miedo y eran
esperanza.
Escribo
de tí, solo esto, Luis amigo, porque me apetece en otoño regar la
poética de la inspiración y hacerle estos grandes huecos a nuestra
buena amistad. Hasta la próxima gira.
Ramón
Llanes 6.11.2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario