EN
MEMORIA DE JENARO INFANTE REDONDO
(Médico
de PREVING)
Me produce
desolación la muerte de Jenaro y me llego a él desde su vitalidad
humana para confirmar que aún le quedaban muchas ganas de seguir
amando. No acabó aún su tarea de su dedicación a cuidarnos, a
curarnos los miedos y a ofrecernos atributos de bondad con tanto
consuelo como se precisara; nos deja mil suficientes motivos como
para recordarlo y no hay ahora palabra que pueda sofocar esta
desgracia, vivida en los últimos días con su entera conciencia de
muerte.
A este
amigo no se le despide con un llanto, es mejor reservarle en la
memoria con la lealtad fortalecida y con las manos apretadas para
evitar que se disipe apenas un germen de su aliento. Fue tanta vida
que no se hace verdad este trance; que más de ello sabrá Daniela
que le tranquilizó a base de ternuras las secuelas irresistibles del
dolor. Y más, también, sus hijos, que le han visto caminar con
muchos quebrantos en el alma.
Nos será
fácil volver a tenerlo mañana, con su bata blanca y su sonrisa, al
lado de nuestra amistad, haciéndonos la existencia eternamente
agradable. Que le acoja la tierra con el máximo respeto.
Ramón
Llanes. 12.7.14.
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