No
sabrán la cuenta del espacio que nos separa,
ni
el calendario con los días rojos de la ausencia
ni
la camisa que llevé la última tarde
ni
la culpa que tiene el tiempo
ni
el cristal opaco que nos oculta
ni
la distancia entre un adiós y un sueño
ni
sabrán si quejarme es queja de mi existencia.
Apenas
sabrán de mí
el
color del pelo
y
más o menos la edad;
a
poco que me rebusquen
y
vuelvan a recordar
que
existo
y
me han amado.
Ramón Llanes. (ANDANZAS Y TEMPLANZAS)
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