LA PRIMAVERA Y MI TOS.
Desenfundó la primavera
su cálido perfume a lluvia,
y dejó en mi tos
un nudo lírico
con espasmos ardientes,
no tuve armonía para desvalijarla
del sonido imbécil,
me sometí al tiempo
y me sequé los ojos
mirando el estero de sal
que cubría el horizonte de mi Onuba.
su cálido perfume a lluvia,
y dejó en mi tos
un nudo lírico
con espasmos ardientes,
no tuve armonía para desvalijarla
del sonido imbécil,
me sometí al tiempo
y me sequé los ojos
mirando el estero de sal
que cubría el horizonte de mi Onuba.
Ramón Llanes
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