MI CONVULSA ESPAÑA
Mirar, observar, escuchar las noticias, estar informado, esperar, todo se ha convertido en un factor de riesgo importante para sobrevivir a tanta convulsión política en la España nuestra; en cualquier cajón encuentras una polilla, en cualquier gallinero un zorro; ¿qué habremos hecho?, tenemos unas inmensas ganas de empezar a romper sistemas y caraduras pero siempre nos llega la correcta prudencia ahogando nuestros gritos y razonando con ofrecer otra oportunidad a quienes provocan esta ingesta de desórdenes, tan impropios de un país supuestamente democrático.
¿Qué tendrá que ocurrir para que les pasemos las facturas del honor a esta banda de terroristas del bienestar común?. Si tuviéramos clarividencia lógica podríamos aseverar que quienes nos gobiernan fueron elegidos para garantizar nuestra felicidad y salvaguardarla de ataques y envites que pudieran destruirla pero nos falta clarividencia y capacidad para discernir y para entender que los códigos que han empleado para llevar a buen término sus fines son códigos tramposos y están mezclados con tropelías, felonías, delincuencia y malversación; hacen lo contrario, son los miserables de nuestra sociedad a quienes no les debería estar permitido siquiera abrir un cajón o tocar una bandera- ya que ellos la tienen como símbolo de grandeza-; si juraron la Constitución y proclamaron la lealtad a sus normas y no lo han hecho y han esquilmado el erario público y se ha aprovechado de sus posiciones privilegiadas y han creado más pobres y menos bienestar, ¿por qué no los señalamos como enemigos y les quitamos el poder?, ¿por qué no?.
¡Cuántos más argumentos más son válidos para descalificar estas actitudes!, usted y yo tenemos la última palabra. Nos están rompiendo la vida de esta España plácida donde siempre nos gustó nacer y convivir porque siempre la creímos con suficiencia económica, cultural y social como para ser felices.
Ramón Llanes. 25 mayo 2018.
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