HORAS MUERTAS
Dicen los mayores que las horas son
para el confort, para domesticar los fracasos y distinguir mejor lo soñado de
lo real. Las horas -supongo- intervienen en los ciclos y los hacen extensos o
cortos, los desafían, los deterioran o los dignifican.
Yo no sé de las horas muertas
más de lo vivido. Sé que intento huirlas aunque no con desespero; sé que la
farándula de este circo viviente se alía con excesivo apego a su culto y las
conciencias no resaltan precisamente por el descubrimiento de nuevos caminos y
los modelos ejemplarizantes no se insisten hacia el bienestar colectivo; y
dicen los mayores -que saben mucho de esto- que las horas muertas duermen
amargamente a las memorias y fortifican el desconsuelo pero que ellas mismas
tienen su mágico antídoto para fundirlas en tiempos de ajetreo apretando un
solo botón de la voluntad.
Ramón Llanes.
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