(¡).-
No sé
llorar.
Para
qué?,dejar
una
lágrima de lujo
en la
almohada
desdibuja
los sueños.
No doblar
los deseos
sacia la
soledad, fracaso
tras
fracaso, travesuras,
indolencias,
a nadie
se echa de menos
cuando
los desaparecidos
cerraron
la puerta
y el pasadizo
hacia
la nada
es cada
vez menos imposible.
Ramón Llanes
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