Yo no supe venir con las manos vacías
y me traje lo que puede servir de recuerdo,
de mi tierra, un vagón con las ruedas
dolidas
y los sueños podridos de filones de hierro.
La nostalgia que duele en las cortas, la
melancolía
que deja el olvido en el paso del tiempo,
la tristeza del agua en las correntías
cantando sin ganas canciones sin versos,
el dolor del reloj y las vías
en aquella estación de raíles mugrientos,
el espasmo del aire y la fría
sensación que produce el miedoso silencio.
Ramón Llanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario