Tócala, es una lágrima,
la consecuencia de una pena,
la culpa del dolor.
Mírala, lágrima en tono áspero,
vacía de lo amado,
una lágrima que hizo arrugas,
que enjugó la insolencia de un amante
al no saber acabar.
Una lágrima o el pregón poético de una
lágrima
o el agua de una herida, lo mismo
que de un adiós, la lágrima,
la pérdida del deseo, la lágrima,
la avaricia del desencuentro, la lágrima,
la bienaventuranza del diablo, es la
lágrima.
Como mi buzón de recibir,
una lágrima.
Ramón Llanes.
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