A PROPÓSITO DE TÍ
Dedicado a quien amo
Para decirte que te estoy pensando.
He vaciado el pensamiento de otras devociones, he saltado los espacios repletos
de inquietud y me he puesto, -ya ves- a pensarte. Y todo cuanto soy se me ha
vuelto presencia: el primer suspiro contigo, la primera piedra a nuestra
eternidad de besos, la última tarde, la idea de amarnos, todo se me ha puesto
en los ojos. Y te observo la certeza en la boca y la gloria en el gesto; quien
te hiciera supo perfilar la dulzura con esa calma profunda y crecida que se te
escurre por la dócil sabiduría de la verdad.
He dejado de conocerte por haber
llegado a tu infinito, más allá eres la misma, tu piel me enseña tu alma, los
tiempos se nos hacen insuficientes para atendernos, son muchos los sueños
hilados y las soledades vencidas. He llegado a tu fin de conocerte y nunca me
llevarás al fin del gozo, cada calor es una sorpresa, cada día un premio.
Aprisionar tu mano en la mano mía, con el fuego de la garantía y el respeto,
con la pulcritud de todas las palabras que decimos para acercarnos.
Ahora, amada, tú, mujer, las esferas
tan ensimismadas en nuestros demás que nos completan la felicidad y tú, mujer,
tan especial, con tantos esfuerzos, con tantas demasías en el órdago de
vivirnos y con tanto sentido en la sensatez, ahora es un pensamiento único el
que nos crece, una sola devoción a nosotros, al universo de todos y a los
colores que espacian nuestra noble realidad. Este hombre que te ama, mujer de
mis títeres y de mis versos, de mis letras y de mis risas, este hombre, mujer,
se ha donado a la voluntad que hemos dibujado en aquella madera de amor que nos
dejó la luz una mañana única en nosotros y extensa en deseos.
Escribo, te pienso, porque alguien
ha de saber lo nuestro, con toda la intensidad, con el más íntimo deber. Has de
ser tú, amada, quien engrandecerá mi valor; tú, quien vestirás de sueños estas
páginas que nos quedan por llenar y tú quien me abrazarás hasta el trayecto que
nos conduzca al mismo lugar donde ahora estamos, a este mismo sitio donde no es
preciso el tiempo.
Sé que no te mereces estas pasiones
tan escritas en la luz pero así me reinvento otra felicidad y volvemos a
aprisionarnos el alma, para nosotros.
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