EL DESEO DE SER FELIZ.
Me recuerdo
hoy, -que hace un poco de viento y tengo
el aire en la cara- me acuerdo de los deseos que tenemos todos o la mayoría por
ser algo más felices. Y me pregunto por qué no lo somos y miro alrededor
intentando valerme de excusas o razones que me ayuden en mi recuerdo a
desentrañar este conflicto. Es que aún existe la guerra. La guerra de los
soldados y la guerra de los políticos: Al menos hay guerras desparramadas por
el orbe y tenemos de qué hablar y así se nos olvida que no somos felices.
Y
también me recuerdo si seríamos fgelices a falta de guerras. Y si quitamos las
guerras o las acabamos de un plumazo, no seremos felices por el exceso de
muertes de tráfico; y si nadie empieza a morirse en el tráfico, no seremos
felices por el hambre del mundo, y si se acaba el hambre, no seremos felices
por el maltrato a las mujeres y si los violentos dejan de existir, no seremos
felices por el Sida; y si el Sida revienta y se elimina, no seremos felices
por…
Ahora
me recuerdo que ya había pensado en otra ocasión no profundizar mucho en este
tema porque no llegaría jamás a ser un poquito feliz. Y siempre se me olvida y
siempre lo intento.
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